viernes, agosto 14, 2009

"There are moments you remember all your life.
There are moments you wait for and dream,
Of all your life.
This is one of those moments.
I will always remember this chair,
That window, the way the light streams in.
The clothes I'm wearing,
The words, I'm heating,
The face I'm seeing,
The feeling I'm feeling,
The smell, the sounds, will be written
On my mind, will be written in my heart
As long as I live!"


Para nadie es un secreto cómo he admirado, desde siempre, la increíble voz de Barbra Streisand. En efecto, existen momentos de momentos, aquellos que nos llevan al infinito “más allá de las estrellas” como aquellos que de un golpe, nos mandan de paseo por Las Fosas de Las Marianas, a contar pececitos y sin escafandra ni guía turístico.


Hay momentos de momentos. Nuestra vida es un cúmulo de instantes tras instantes que pintan un fresco, un gran mural bizantino que nos muestra lo que fuimos, somos, lo que seremos.


Conocerte ha sido uno de esos “momentos” que marcan un antes y un después. Fue verte y abrirse una puerta en donde todos los posibles son posibles en realizar, una ruleta a la cual jugué sin saber las reglas.


No ha sido fácil éste camino y, me pregunto, debería serlo. Mucho ha llovido desde aquel 16 de agosto de 1990, ese día en que decidí jugar todas mis cartas, “La vida es una tómbola, ton-ton-tómbola…” y aquí estamos, estamos juntos.


No tengo palabras para agradecerte todo lo que has hecho de mí. Por ti he conocido partes de mí que ignoraba tener, cualidades insospechadas, habilidades dormidas, dones, actitudes que sin ti nunca los hubiera conocido y eso se agradece.


He sido, me he descubierto, cocinero, multilingüe, bailarín de radio, psicólogo, pelador de papas, abogado, carpintero, consejero, sastre, detective -muy, pero muy bueno por cierto-, actor, jardinero, mecánico, copiloto. He sido, a mi pesar, siquiatra con nuestra doméstica versión, muy mala por cierto, de esa terrible Alex Forrest -Glenn Close, en su momento, lo hizo genial- y que, lamentablemente, aún revolotea, cual mala y pestilente mosca, de vez en cuando en nuestra vida -hay gente que definitivamente, no entiende, ni aprende, ni respeta , ni na- “Y luego dicen que tú eres un acosador, me dijiste luego de una noche de llamadas constantes…, la verdad que la gente no sabe, no tiene ni idea de lo que es ser acosado las 24 horas del día”. También me vi como administrador, jugador de cartas, juez de paz, payaso, plomero, cargador de maletas, barman, agente de viajes, alumno, amante, ocultista, despertador, brujo sin arte, traductor, querido, obrero, el otro, querrequere. Diseñador, concubino, soñador, maestro, asesor industrial, encargado de los afines, friega platos, consejero, niño, director, contador, guía turístico, pintor, "Flight Operations Officer", amado, embalador, cantante, enfermero, conciliador, fotógrafo, masajista, niñero y un elevadísimo etcétera entre tus manos. No me puedo quejar, la verdad.


En esos años has encontrado, en mi trinchera, adeptos. Adeptos de los más variopintos y que me dejan, por no decir otra cosa, boquiabierto: Mi madre “Es que sólo existe una sola persona en el mundo que me entiende” y mis ojos rodando por el piso. Mis hermanos te comen a besos a abrazos al solo verte. Mis cuñadas se pierden en tus ojos azules. Mis amigos completamente hipnotizados. Laura “Es que el catire es muy mi catire” mientras Enrique, su esposo, se queda con la mirada de “Monalisa” respirando profundo. María “Es que es una nota”. Cristina, Nini, Lucy, Octavio, Carlos, Victoria, Naky, Mis Ñas, Mis Ños, Mis Princesas, La Enana Bailarina de ballet, La Tortaressa -la que hace unas tortas increíbles- y un montón más de amigos que hasta nos mandan vinito, gracias Ña Tongolele, desde los Estados Juntos.


Hemos vivido de todo todo, momento increíbles de insufribles noches de Eurovisión o de tus espantosas películas del sábado por la noche, estrenado cara frente a tus “Huevos a la Kandinski”, el amor tiene sus caras y sus menos. Sobrevivimos los Anno Horribilis donde aprendimos que las películas americanas, por absurdas que puedan ser, existen en la vida real, entendimos que existen personas maravillosas, personas absolutamente y completamente nutritivas -Mi amada Emperatriz China-, ver a “Colibrí” cada vez más gordo y me encanta verte tu cara al decirme “Odio cuándo tienes razón” y yo me cuelgo, para variar, una nueva medalla.


Adoro tu “Cristóbal Colon” interno, tu despiste congénito o genético. El nacimiento, muerte y resurrección de Gaviota (?), tus “Huevos a La Kandinski”, tus diarios “Cinco minutos” que se convierte, fácilmente, en una hora larga. Tus tres gin and tonic, ver como conviertes en Londres el salón de la casa, las cenas diarias a medianoche, tu síndrome “botalo todo” y cuando me sorprendes con una nueva entrada para un musical. El dejarme llorar luego de aquel ballet. Además, siempre me torturas para que te acompañe en tus interminables viajes -cuántos años de mi vida caminando entre los pasillos de un aeropuerto?- y, se me olvidaba, tus gloriosos “Huevos a La Kandinski”.


Es un placer, me queda otra alternativa, compartir la cama con Ganso -ese que se cree Cisne-, Guau, Coco, Drilo, Brumel, Tin, Sidney, Peludo, Refu, Iglú, Clarence, El perro Azul -el mutante- o algunos de los 40. Y entre todos ellos Quack, el dueño y señor de tu cuello, ese ente que ha sido alma y vida de nuestros días. El amor tiene forma de pato y nosotros somos un par de locos.


Mucho calor


Through The Years cantaba Kenny Rogers y se hace verdad, en nuestra vida, todos los días. No es fácil…, pero quién dijo que iba a ser fácil.


Mi amada Emperatriz China, en una de sus maravillosas tardes, en su jardín, bajo los tamarindos, me dijo: “Una buena película es aquella que te hace pasar por todos los estados de ánimos” y tiene razón, cuándo no.


Y es eso, contigo estoy viviendo mi mejor película y ya son 19 años anidándome entre las alas de mi Ave Migratoria. Dulce tiempo en donde he descubierto lo maravilloso que es el significado de las palabras "NOSOTROS", "ESTAR", "SER". Además, Aldemaro Romero, -quién si no?-, escribió aquella canción: "Tú y yo formamos una multitud" y es cierto. Sencillamente Tú y Yo formamos una multitud. "La más grande potencia nace del amor entre tú y yo, que somos una multitud" y sobran las palabras.


A Ustedes, los que me leen: Dicen que la alegría compartida es mucho mejor, por ello quería compartir, con ustedes, la alegría de mis días de estos nuestros primeros 19 años.



Todo lo mejor para Ustedes.



PS: Mónica, Ña Montañés, me la tiene jurada “Con lo que has vivido, cuándo vas a escribir la novela” y es que no puedo, no sabría por donde comenzar. Y ella sigue: “Léete el libro de Esther Tusquets, Habíamos ganado la guerra, para que veas cómo es posible escribir algo en primerísima primera persona” lo leí de una sentada y me sonreí.


Rosemary, mi dulcísima “Señora Mayor” -me va a matar y…, mi mamá está muy bien- también espera, con hambre, algo escrito por mí. Ya leyó alguito, unos cuantos capítulos de un proyecto, y me dijo: "Termínala…, es muy buena”.


Aún ellas esperan y espero que MUY pronto tengar algo a sus manos.