martes, mayo 26, 2020

Válgame Dios!!!


En el 2012 mi amiga Mónica Montañés escribió, para Venevisión, una telenovela llamada “Válgame Dios”. Afortunamente la pude ver, vía YouTube, y así disfrutar del talento de mi amiga. También, he de confesar, tuvimos nuestra primera pelea telefónica, espero sea la última, y fumamos la pipa de la paz, tiempo después, en su casa de Caracas. Suelo ser frontal y las cosas se arreglan, café por medio, y jamás por teléfono. Por cierto a Mónica le debo una obra de teatro que se me estancó en el segundo acto. Espero que, algún día, mi  “Historia, chisme y parodia” vean la luz.

Así mismo en Madrid existe una microcalle llamada Válgame Dios. Allí, entre tantos momentos maravillosos, vi a Milagros Socorro vestidita de verde y feliz de la vida. Se escuchó, un 14 de febrero, la voz de Nancy Toro tejiendo un bolero. Un septiembre las cuerdas de Cheo Hurtado nos rompieron el corazón cantando aquella canción de Aldemaro Romero y, cosas de la vida, la primera vez que vi a Mónica Montañés en Madrid, cuando César Miguel nos llenó de sabrosa salsa fue, dónde no, en la calle Válgame Dios. Allí es donde llevo a mis amigos y donde mis amigos me ven. Allí está Linda, Kodiak, Elvia, Helia, Antonio, Carlos, Teté…

Pues en esa calle está Cesta República. Cada vez que paso por Madrid, lo primero que hago, luego de dejar mis fardos en el primer hotel que encuentro, es ir a verles. No importa la hora, paso por allí aunque sea a las tantas de la noche. Mi primer día, en la capital de España, no es completo si no paso frente a su escaparate.

Llegué a Cesta República el día de su inauguración. Un cofre multicolor de formas, de diseño en fibras naturales. La primera venta, de esa noche, fue la mía. Es un lugar donde se une el tejido de tantos hilos, la palabra meritocracia tiene sentido, el buen gusto habita, las artes todas y con letras mayúsculas, la carcajada sincera y las miradas estrenan los brillos más infinitos. Libros de tramas ancestrales junto con una copa de vino y nutritivas charlas.

He releído, no sé cuántas veces, el texto que Guillermo, de aquella noche de estreno, intentando ordenar mis ideas. Confieso que tengo una semana intentando escribir estas líneas, varias veces he borrado todo y he vuelto a comenzar, me he sentido Sísifo pues las palabras no son suficientes. Son tantas cosas en estos 3 años de maravilla con sabor patrio y tintes de cualquier lugar del mundo donde la urdimbre constituyen las bases de tantos sueños.

Cierran, por poco tiempo. La idiotez humana, en forma de Covid 19, y sus absurdas consecuencias, apaga el bombillo de ese faro de lo que fuimos, de lo que somos los venezolanos. Tanta buena semilla no se puede perder, tanta buena vibra se hace eco, abre abrazos, regala besos. Pase lo que pase, tengan los proyectos que tengan. Estrenen miles horizontes, inicien caminos infinitos. Siempre serán mis seis locos adorables. Ya me hacen falta.

Cesta República representa, para mí, esa Sexta República que todos los venezolanos queremos, merecemos. Sé que el bombillo estará de vuelta, con nuevos aires, con nuevo empeño, muy pronto para que el faro, de Cesta República, nos enseñe el camino de lo que debe ser y no lo que pudo ser. De forma egoísta me siento huérfano y los encontraré pronto, muy pronto. Las fibras esperan por ustedes. Ya los extraño.