miércoles, mayo 27, 2020

Ella, como siempre...


Ella es una visita constante pero tiene el mal gusto en presentarse cuando menos la esperamos. Por ello ya me tiene acostumbrado a sus apariciones y sus sobresaltos.

Tiene el raro placer de robarme la sonrisa, de llevarse los afectos y dejarme sin aire. Coqueta hasta más allá del horizonte inunda todo con ese dulce perfume de nostalgia, brinda contigo con el mejor champagne mientras te mira directo a los ojos.

Más de una vez he intentado mandarla a “para allá” pero no, la muy muy se maquilla y me espera ocho o mil meses después y me dice un “Hola, cómo te va?” como si nada.

Hoy se llevó a Margarita, Maggie, Mi Goldita. Las despedidas molestan y ella ya me hace falta. Una vez más confirmo que el mejor beso, el mejor abrazo, la mejor sonrisa, la mejor lágrima, la más bella rosa y la mejor carcajada es la que se comparte, la que se fabrica de tanto mirarnos a los ojos.


No estoy triste, ni siento dolor, pues sé que algunos de mis afectos van a tener el mal gusto de irse antes que yo y, quiera o no, debo aceptarlo. Esa vida que se empeña en jugar a los dados con todos nosotros.

Cuando salgamos de éste odioso tiempo tenemos que fabricar instantes sabrosos con todos nuestros afectos e inundar nuestra vida de las más sabrosas carcajadas.

María Olvido Gara Jova -nuestra Alaska de toda la vida- cuando cumplió sus primeros 50 años, alzó su copa y dijo: “Por los que se fueron, que estarán con nosotros mientras nosotros estemos” y es que, amigos míos, los verdaderos afectos, los de verdad verdad, estarán en nosotros en presente perfecto.