Ella, como siempre...
Ella es una visita constante pero
tiene el mal gusto en presentarse cuando menos la esperamos. Por ello ya me
tiene acostumbrado a sus apariciones y sus sobresaltos.
Tiene el raro placer de robarme
la sonrisa, de llevarse los afectos y dejarme sin aire. Coqueta hasta más allá
del horizonte inunda todo con ese dulce perfume de nostalgia, brinda contigo
con el mejor champagne mientras te mira directo a los ojos.
Más de una vez he intentado
mandarla a “para allá” pero no, la muy muy se maquilla y me espera ocho o mil
meses después y me dice un “Hola, cómo te va?” como si nada.
Hoy se llevó a Margarita, Maggie,
Mi Goldita. Las despedidas molestan y ella ya me hace falta. Una vez más
confirmo que el mejor beso, el mejor abrazo, la mejor sonrisa, la mejor lágrima,
la más bella rosa y la mejor carcajada es la que se comparte, la que se fabrica
de tanto mirarnos a los ojos.
No estoy triste, ni siento dolor,
pues sé que algunos de mis afectos van a tener el mal gusto de irse antes que
yo y, quiera o no, debo aceptarlo. Esa vida que se empeña en jugar a los dados
con todos nosotros.
Cuando salgamos de éste odioso
tiempo tenemos que fabricar instantes sabrosos con todos nuestros afectos e
inundar nuestra vida de las más sabrosas carcajadas.
María Olvido Gara Jova -nuestra Alaska de toda la vida- cuando cumplió
sus primeros 50 años, alzó su copa y dijo: “Por los que se fueron, que estarán
con nosotros mientras nosotros estemos” y es que, amigos míos, los verdaderos
afectos, los de verdad verdad, estarán en nosotros en presente perfecto.
0 Comments:
Publicar un comentario
<< Home