domingo, noviembre 11, 2007


Desde que anuncié mi “sincericidio” me he dado cuenta que no existe algo peor que la misma palabra. He buscado tiempo, de dónde no tengo, para leer cualquier cantidad de noticias, libros, artículos, textos, resúmenes, anuarios… Para ver y/o escuchar un sin número de videos, fotos, archivos de radio y musicales…, redactando, releyendo lo escrito, editando, volver a redactar, borrar, desechar, volver los pasos andados, volver a las fuentes, llamar para verificar y volver a verificar. Cotejar recuerdos, constatar historias, teléfono va correo, e-mails, vienen…

Qué agobio!

Algo de historia.

Cuando estudiaba en la católica, en el siluriano superior de mi vida, mi tesis versaba sobre la evolución de Caracas, como ciudad, durante el siglo XX. Una concienzuda revisión de la capital de mi país desde el punto de vista político, económico, social y sus necesarias variaciones. El tema era, es y será ambicioso, tan ambicioso como cuando se tienen 20 años y muchos sueños por realizar. Tuve la suerte, mientras buscaba documentación, en conocer a personas maravillosas que de una u otra forma contribuyeron, para bien o para mal, a formar parte de la vida caraqueña. Al entrar a ciertas bibliotecas encontré tesoros, preguntas sin respuestas, retratos borrados, montones de cintas TDK rotas, Betamax sin aparatos, U-matic, cintas de super ocho. Largas charlas con Áureo Yépez Castillo mientras él, trasfigurado en su particular mezcla entre Descartes y Sócrates, me llenaba de preguntas, para que yo buscara las respuestas. Se lo agradezco maestro.

Existen, lamentablemente, muchas cosas en la vida las cuales uno tiene que renunciar. La tesis fue una de ellas. Y vuelve la frase de Mónica Montañés: “Uno debe arrepentirse de las cosas que no se hicieron en la vida”, toda una loza enorme y pesada.

Volviendo a mi “sincericidio”, me he sentido perdido, son tantos cabos sueltos, tanto que analizar, releer, interpretar, tantas opiniones encontradas, muchas verdades, muchas mentiras, muchas historias que cambian historias que he vivido en primera persona y nada ni nadie puede cambiar, ni deberían. Y una sola pregunta por responder: Dónde esta mí verdad?

En menos de 10 años, me han cambiado la constitución, la bandera, el escudo, dentro de poco el signo monetario, cerraron RCTV –con todo lo que ello conlleva-, la gente se ha polarizado…, todo se ha convertido en un cisma pesado y constante.

Cisma.

La primera vez, que tuve una vaga idea de lo que era un cisma, fue en la casa de mis abuelos maternos. Tiempo después comprendería lo pesado de dicha palabra. Corrían los últimos días el año 1967 y Luis Beltrán Prieto Figueroa se había separado de las filas de Acción Democrática, montando tienda aparte, El MEP, Movimiento Electoral del Pueblo, terror de todos los terrores. “Cómo se le ocurre al orejón ese semejante cosa...”, vociferaba mi abuelo, en plena cena, sin ocultar su mal humor, presidiendo la mesa. “Él tiene razón...” se escuchó de un lado de la mesa. Pausa a la película y silencio de cubiertos. Creo que una bellísima América Alonso se quedó muda en la tele, a blanco y negro, o era Amado Pernía, que sudando tinta, no encontraba su famoso bolígrafo en su Observador Creole. “Tiene razón, lo de Gonzalo Barrios no tiene nombre, no debería haber otro candidato que Luis Beltrán y yo voy a votar por él”. La que hablaba era, nada más y nada menos, mi mamá.

En un segundo el mantel desapareció sobre la mesa, llevando tras de sí platos, cubiertos, copas, medio asado que volaron dejando un reguero variopinto por medio comedor. Al final un par de profundos ojos pardos, furibundo, con la mirada fija en su hija.

“En ésta casa…, hoy no se cena”. Se escuchó lentamente la voz de trueno de mi abuelo. Su hija, la mayor, se le ocurría irse con el orejón. Ella la que fue reina del partido. Ella la ahora recién viuda de una prominente promesa del partido…, la que tiene un hijo de pocos años, Ella debería pensar en él, en su hijo. Ella la que trabajaba con Doña Menca, Ella se atreve a decirme a mí que no va a seguir la línea del partido…

No hubo más que decir ni comentar, mi abuelo se encerró en su indignación, y el silencio se instalo en la casa por más de una semana.

Cisma.

Eso es lo que he visto y sentido en mi último viaje a Venezuela.

Envuelto entre tanto recuerdo inconexo, con tanta palabra mal dicha, con cada historia prêt a porte se me ocurrió llamar a mi amadísima Emperatriz China y preguntarle sobre su opinión, sus sabias palabras. Y habló, y cómo habló. Le pedí que lo escribiera y lo escribió, y yo lo transcribo -me va a matar y asumo el riesgo-. Luz en el tunel, maná del cielo, pues luego de su escrito no tengo otra cosa que agregar ni comentar.

"¿Cómo lograr la felicidad en una mina? Con música ruidosa y asincopada, alcohol, putas, travestis, estupefacientes y el azar.

¿Cómo se demuestra el éxito en una mina? Con música ruidosa y asincopada, alcohol, putas, travestis, estupefacientes y el azar.

¿Qué normas funcionan en una mina? Las naturales. En las minas sólo funciona la Ley del más fuerte, la bravuconada, el mandonismo, el tirón en la bragueta y la puñalada artera son sus variantes.

¿Y los recuerdos? En la mina no hay memoria, todos traicionan y se traicionan y no hay cosa más difícil que perdonarse.

¿Y el amor? En las minas el verdadero amor se esconde para que no lo llamen estúpido y le pongan precio con i.v.a.

Las minas son terreno fértil para el ejercicio del dominio; de allí lo orgásmico que puede resultar la aprobación del dominante, por eso las mineras se empeñan tanto en remontar el río, en una camilla de quirófano, por un par de nuevas tetas.

En las minas se convive con la muerte ¿Será por eso que los centro comerciales el peregrinaje es infinito después de una buena arenga dominical?.

Los mineros consumen viagra porque no creen en sí mismos. En la mina, que vivo, su consumo es el mayor de América Latina.

En las minas cualquier hora es buena para el disfrute por eso es un desperdicio ser puntual.

No se puede ser ecologista en una mina por que serás tachado de subversivo o de maricón.

Los héroes son el castigo de los mineros, los mineros al no tener identidad buscan asemejarse a alguien y sus héroes, fatalmente, nunca podrán ser emulados; se vuelven irreales como los de los comics, por eso cualquier cosa que les suene a héroe nacional los hace irremisiblemente obedientes en nombre de esa heroicidad. Bendito sea el que sepa usar en su beneficio al héroe de una mina. "

Todo lo mejor para Ustedes.

NOTA: A mi grupo 11N, aquellos que hace un año iluminaron la noche, me regalaron sus sonrisas, sus besos, sus abrazos. Mi eterno agradecimiento, pues cuando se mira clarito las distancias no existen.

21 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Vaya, Sil mago!

Qué quieres que te diga?

Me gustó, quiero más y me lo debes.

Te quiero!

domingo, noviembre 11, 2007 12:47:00 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

(GRACIAS!!!!!)

domingo, noviembre 11, 2007 12:48:00 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

Es que esa Emperatriz China no puede ser más encantadora...de serlo sería un hombre inteligente y con buen sentido del humor...casi una utopía hoy en día en los tiempos que corren…casi un milagro*!!!.

Y con el tiempo volvemos a la mina…masoquismo? Tal vez, es que una (la gente gÜena) es tan gafa en la vida que no aprende y terminamos aplicando la dichosa ley del cerezo que nos tiene doblados del dolor pero con la consciencia en paz. Ay!! Cuando salgamos de la mina y valga la pena el dolor en los ojos al ver por fin tanta luz!

Mejor me callo.


Besos

*Ese milagro ocurre una sola vez en la vida de una persona y ya tuve la suerte de encontrar de los últimos que quedan en el mercado :D.

domingo, noviembre 11, 2007 1:41:00 a. m.  
Blogger Nostalgia said...

sabia la Emperatriz.
pero pobres aquellos que se quedaron esperando TUS palabras.
y afortunada yo que ya las escuché.
un besazo ♥

domingo, noviembre 11, 2007 3:42:00 a. m.  
Blogger tumejoramig@ said...

Me ha encantado, tanto sincericidio va a contagiarse!

Me gustó también, y mucho, las palabras de tu Emperatriz China.

Espero la continuación... impaciente!

Será como ver concluída tu tesis y disfrutarla tu logro contigo.

Estoy encantada con lo que el Rey y Zapareto hicieron ayer en la 17º Cumbre Iberoamericana. Eso también formará parte de la Historia de Venezuela.

Un beso enorme mi mago.

domingo, noviembre 11, 2007 12:03:00 p. m.  
Blogger Lycette Scott said...

Eapero la continuación mi amigo...
Besos

domingo, noviembre 11, 2007 7:37:00 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Señor Caballero Silmariat nuestra Amada Emperatriz que todos los Dioses protejan manda a decir con este humilde emisario que soñó ver su caballerazgo muy alto, en el pico de un zopilote o gallinazo... ¿Tiene otro nombre en la tierra de sus ancestros?
El Duque de Pey

domingo, noviembre 11, 2007 11:27:00 p. m.  
Blogger Kareta said...

Es grato encontrar otro sincericida, y nosotros como venezolanos deberíamos convertirnos en eso.

Yo que he trabajado con cada candidato, te digo que no se cómo la gente puede enamorarse e idolatrar a algún político de nuestra época... todos son productos fabricados, detrás de esa fachada son otra cosa y muy fea. Es como la mina que describes, porque nosotros basamos nuestras decisiones políticas en amores o desamores no las basamos en razones.

Esperemos que la mina no colapse y nos atrape a todos.

¡¡Muy buen post, un abrazo!!

lunes, noviembre 12, 2007 12:04:00 a. m.  
Blogger Jogreg said...

Querido amigo: estos sincericidios, aunque dolorosos, hacen falta, y mucho, en un país donde hace rato la sinceridad salió de paseo. Sobre todo porque aun no entendemos qué pasó, qué nos pasó, qué hicimos cada uno de nosotros para llegar hasta aquí. Confesarse es un acto digno y no hace falta un cura para que lo legitime, y hasta que no nos pongamos la soga al cuello, no saldremos de este atolladero.
Un abrazo grande.

lunes, noviembre 12, 2007 1:46:00 p. m.  
Blogger IMAGINA said...

Yo creo que al lado de la mina está el bosque, amable, espeso, misterioso, noble y dador de vida. Y ambos quedan en el mismo país.

Comprendo el símil de la mina, pero aceptarlo sería alzar las manos, doblar las rodillas y doblegarse.

La vida tienen ciclos de oscuridad y de luz y aunque caminamos entre las sombras, quién sabe por cuánto tiempo, Venezuela verá la luz.

Y digo Venezuela y no yo, porque quizás yo no esté cuando eso suceda o quizás esté en otra geografía extrañando ésta.

Venezuela no es una mina.

Venezuela es tan sólo una Bella Durmiente que se debate entre el sueño y la pesadilla.
Despertará.
Algún día.

lunes, noviembre 12, 2007 3:26:00 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

El sincericidio fue de tu Emperatriz, así que sigues en deuda :P

Yo regresé hace dos años a Venezuela, durante los 15 días que estuve sentí que el paisaje era el mismo, la dulzura de nuestra gente era la misma, pero no así sus risas de campana, su sinceridad, su sin miedo a nada... sentí a nuestra gente amordazada de lado y lado...

Coincido con Imagine, Venezuela despertará algún día, es mi esperanza... ojalá estemos aquí para testimoniarlo...

PD) la verificación de palabra... ¡me odia!

lunes, noviembre 12, 2007 8:57:00 p. m.  
Blogger Calle Quimera said...

Muy buen símil el de la mina. Venezuela merece algo mejor... Mucha suerte a los venezolanos, de verdad.

Besos.

martes, noviembre 13, 2007 3:22:00 a. m.  
Blogger Cesar Vo said...

No hay mejor palabra para definir lo que está ocurriendo en nuestro país que esa, la cual por cierto no conocia.

Cisma que nos lleva de la Cima a la Sima.

Un Abrazo,
CV

martes, noviembre 13, 2007 7:17:00 p. m.  
Blogger IMAGINA said...

Por cierto, no comenté la escena de la mesa.
Me pareció muy novelesca. Anticipo de lo que inevitablemente habría de ser.
Nadie puede detener lo que ha de venir.

martes, noviembre 13, 2007 8:18:00 p. m.  
Blogger Wari said...

En este desastre colectivo, a todos nos sale sincericidio. Tarde o temprano hay que soltarlo verdad?
Te sientes un poco mas ligerito??
Si es así, entonces, bravo por tí, Hechicero!!

Hasta luego Sr. Palito Mantequillero ....
(jajajaja, déjame que te siga diciendo asi aaaaaanda!! por lo menos hasta el día de mi cumpleaños que es PRONTO!! si? jajajajajaja.....)
T.Q.M.

viernes, noviembre 16, 2007 2:40:00 a. m.  
Blogger WebON said...

Caramba amigo Silmariat, valió la espera y para mí no hace falta segunda parte, pues todo está dicho.

Es lamentable como ya lo sabes ver desde lejos como se sigue deterioran el país sin poder hacer nada. Desde otro país que nunca será el nuestro. Y como dijo una vez en una entrevista Ruben Blades, vivas donde vivas, siendo fuera de tu país natal siempre serás un extranjero y cuando regresas al tuyo te sientes también como tal, otro extranjero en tu propia patria.

La última vez que fuí a Venezuela fue ya hace 3 años por dos semanas y para asistir al funeral de un ser querido que mataron vílmente mientras lo intentaban secuestrar.

Las cosas han cambiado y las miradas aún más. Me causó mucha sorpresa ver la constante penumbra de miradas con odio, rencor y recelo de la colectividad.

Las horas de vuelo de regreso y las subsiguientes son torturas mentales mientras trato de comprender como es posible eliminar el concepto de mineros muy bien explicado en tu post por las sabias palabras de la Emperatriz China.

Abrazo.

viernes, noviembre 16, 2007 6:09:00 p. m.  
Blogger IMAGINA said...

Fuera de Contexto:
Qué bello tu comentario ♥

lunes, noviembre 19, 2007 12:31:00 a. m.  
Blogger John G Vicent said...

Un millon de gracias por tu comentario en mi blog, lastima que no sea muy famoso por aca, y aun no se como darlo a publicar. Pero es experiencia de novato. Un abrazo y felicidades por allá.

lunes, noviembre 19, 2007 12:47:00 a. m.  
Blogger AlegriadeQuerer said...

he aprendido, ha ser feliz
y lo demás lo llamo. Experiencias amar, perdonar, ayudar, comprender,
aceptar, escuchar, consolar. SER FELIZ ES....
UNA ACTITUD ANTE LA VIDA QUE CADA UNO DECIDE

Hoy es un buen día para ser feliz!!!
Brindo por el plaser que me da tu amistad. Un beso grande.

martes, noviembre 20, 2007 4:41:00 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Paso a saludar después de un buen tiempo.

miércoles, noviembre 21, 2007 12:33:00 a. m.  
Blogger Protheus said...

CREÍ haber escrito aquí, sincericidamente.
A tí, amigo, que eres delectante fan operático, respondió Mozart a tus angustias luengos años ha, en Las Bodas de Fígaro: "Conte, contino..." Y se disparó la francmasonería contra la opresión.
Creo que ya lo he dicho todo.
Un abrazo.

domingo, noviembre 25, 2007 6:02:00 p. m.  

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