lunes, junio 18, 2007

La eternidad


Uno descubre, al pasar de los años, que los abismos están, existen, en las distancias cortas. A veces un viaje es el pretexto suficiente, -no para conocer otras cosas, otros horizontes, otras realidades-, para vernos a nosotros mismos, frente a frente. Será que la vida es tan complicada, o la hacemos tan complicada, que es tan difícil saber quienes somos. Un sencillo y sincero “Soy yo” nos puede abrir una puerta insospechada, de la cual hemos tratado no abrir por mucho tiempo, si nos da por analizar realmente lo que significa ese sencillo “Soy yo”, y lo que es peor el lapidario “Yo soy”. Por eso necesitamos salir al mundo en búsqueda de aquellos testimonios que nos den –si es necesario- la senda que nos devuelva aquel olvidado sabor a nosotros mismos.

Aun existe ese tipo de gente que desde la cima de sus arrogancias, segura no sólo de sus certezas, sino incluso del lugar que sus certezas ocupa en la realidad, nos mira y dice con ese “Usted no sabe con quién está hablando?”. Afortunadamente, eso quiero pensar, las certezas se han trasformado en preguntas, en largos viajes tomados como autoayuda, y uno se ve entre selvas, mares ignotos, ciudades de diseño…, y cuando menos nos lo esperamos, surge dentro de nosotros, esa terrible pregunta, preñada con nuestras vivencias, con nuestras experiencias, y nos escuchamos “Usted, por casualidad, no sabrá quién soy yo?”. A duras penas nos reponemos de la filosofía instantánea de nuestro sofá más mullido. Por algo el ser humano inventó las vacaciones. Ese artilugio, mediante el cual más que acercarnos a nosotros mismos, a lo interno de nuestra verdad individual, nos facilita la supuesta comprensión de eso que llamamos el género humano y sus absurdas actitudes contemporáneas. Los raros hábitos, de esa cosa llamada “turista”, nos sirven como medio para definir las oportunidades que nos ofrece la historia una vez cumplida la muerte de Dios y consagrando el final de todas las utopías. Sin ningún gurú conocido, sin trabajo o tarea que hacer o/y realizar, sin rutinas o cosa prevista, sin esos agobiantes horarios, al fin liberados de los grandes designios, de las dogmas providenciales de santos gastados, no nos queda otra que la bendita ociosidad, pura y simple. Esa forma de jubilación sentimental aconsejada, en paralelo, por la comodidad del presente y por las manchas crueles de las viejas banderas.

Exagero? Qué se puede hacer uno con ilusiones de doble filo en medio de la tranquilidad de una arena y sol magníficos? Y si eso añadimos una cervecita super fría de por medio, mucho protector solar y buena lectura. En ese instante, nos podemos poner exquisitos y arreglar el mundo?

Pero todo lo humano tiene sus bemoles: El agobio del tráfico al aeropuerto en “esos” días, el pastoso sudor frente a los mostradores, las salas de espera, los atrasos, las temibles cancelaciones, aquellas visitas guiadas y masificadas a los viejos recintos de la soledad, los codazos en la cola, la peregrina actitud de otros turistas que tratan alimentar, cándidamente, buscando la verdad manteniendo la actitud de aquel antiguo espíritu de los viajeros románticos. Unos American Geographic” andantes, que saben de todo, todo y nada disfrutan. De todo hay en este mundo.

Frente al turismo de masas, el yo persigue las huellas de los grandes viajes…, los grandes horizontes, los impolutos cielos…, lo cual dura hasta que los pies de nuestro intrépido viajero tocan el agua, en ese preciso momento recordamos que los grandes viajes ya no se hacen sin arriesgar nuestra maravillosa comodidad o nuestra propia vida.

Una cosa es que constantemente busquemos a nosotros mismos, que indaguemos quienes somos y adónde vamos, y otra cosa muy distinta que nos quedemos sin papeles, náufragos ilegales, amenazados por el horroroso vacío de la identidad. Es necesario, perentorio que la tinta que mancha todo el yo en las sociedades del bienestar no se ponga en duda en los sellos y las firmas de los pasaportes. Allí puede comenzar un viaje de aventuras, como lo de antes, pero peor.

En ese preciso momento recordamos lo gregarios que somos, aceptamos los viejos show con plumas gastadas a medianoche –para los que les gustan los cruceros-, a la “Piña colada” no muy fría –para los que nos gusta llenarnos de arena-, a la condición turística de la vida contemporánea – a los que no nos gustan salir de nuestro entorno-. La vulgaridad no sería una mala solución para el mundo, siempre que estuviera mejor repartida.

El turista de nuestro tiempo siempre lleva el boleto de vuelta, siempre nos queda el consuelo de la vuelta, descubrimos que el verdadero tesoro nos espera dentro de la casa que un día cerramos para salir de viaje. Pues, entre las plantas secas, las posibles huellas de los ladrones –no todo el mundo sale de vacaciones cuando nosotros estamos de vacaciones-, el polvo en los muebles, el terrible olor de cuarto cerrado –nuestro olor, que “Oh…, sorpresa!!!” habíamos olvidado-, las averías, la colonia de cosas, de extraño y pastoso color verde, que encontramos al abrir la nevera, el inevitable pago de las facturas atrasadas y sus respectivos etcéteras, descubrimos que somos todo eso. Nos descubrimos allí entre las tela de araña de nuestra biblioteca y en el “buenos días” del vecino, si es que dan los buenos días, o en el reflejo, con mala iluminación, del espejo del ascensor.

Ese verdadero yo, nos encuentra entre esos recibos, eso somos, es esa red que nos ata a nuestra vida, a nuestros metros cuadrados. Es ese mundo que hemos construido día a día, año a año, hasta el último momento. Ese divino momento que dejamos que otros paguen lo que ya nosotros no podemos pagar, pues sencillamente ya no estamos, pero eso es otra historia.

La subjetividad es una deuda perpetua, es el lugar que encuentra su hogar entre las facturas, las cuentas por pagar, es un espacio vacío con terribles pretensiones de quedar lleno o/y cubierto. Yo soy yo y mis acreedores, yo soy yo y mis recibos por pagar, yo soy yo y mis facturas. Esas divinas criaturas hacen que tengamos algún tipo de deber con nosotros mismos. Saben ustedes con quién están hablando? Soy el recibo de la luz, del teléfono, del alquiler, del colegio de los chamitos, la factura del estacionamiento, la del mueble del salón, la del plomero, la de la farmacia, la de la niñera, del sindicato, la del abogado…

En definitiva cuenta, soy una fiesta legal de causas perdidas y cuentas por pagar.

Esas facturas, de una u otra forma, se cancelan, se pagan. Pero existen las otras, de las que nunca se pagan completamente, las que están allí al asecho, las que como un agujero negro nunca están completamente satisfechas, las que como una puñalada se clavan en el lugar menos indicado, en el momento menos propicio. De ellas, de las deudas morales, Amigos…, de ellas…, ni hablar, por favor.


Todo lo mejor para Ustedes.


NOTA: Este post es para "Mi Adorada Emperatriz China"…, ella quería leer otras cosas. Y en ésta bitácora, ella manda y ordena. Además, dentro de poco su Graciosa Majestad me visita. Ya compré todos los fuegos artificiales, las sedas, los ocho mil quintales de arroz y los nuevos brocados. Estreno estado, la inopia…, pero ella lo merece. Las facturas se pagan, la amistad como la de ella, no tiene precio ni se mide.

22 Comments:

Blogger Pedro J. Sabalete Gil said...

Las vacaciones...Pensarlas es como recrear un oasis en el desierto y darse un baño. Tan efímeras como necesarias...

Voy hacia ellas, me hacen falta.

Saludos.

lunes, junio 18, 2007 5:15:00 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

El mundo se ha vuelto un inmenso patio de recreo en el que nos movemos incesantemente descubriendo maravillas y sorprendiéndonos con todas esas obras maravillosas creadas por el hombre. Los aeropuertos son el purgatorio necesario para todo ese disfrute.

lunes, junio 18, 2007 9:04:00 p. m.  
Blogger Azul... said...

Hermoso post, como siempre, es una maravilla visitarte...

Un beso y que disfrutes muchísimo del reencuentro...

martes, junio 19, 2007 1:03:00 a. m.  
Blogger Artesanías y Arte said...

Me encanto el post, cuanta realidad en cada palabra... es espectacular.

martes, junio 19, 2007 3:56:00 a. m.  
Blogger Waiting for Godot said...

Este comentario ha sido eliminado por el autor.

martes, junio 19, 2007 9:52:00 a. m.  
Blogger Solo Palabras... said...

Amigo, algunas veces me he puesto a filosofar, de puro aburrido, y llegué a la conclusión que debe ser muy triste carecer de dudas, de interrogantes.
Hay una canción de Silvio Rodríguez, La fábula de los tres hermanos, que habla de ese apetito enfermo por conocer, si no la conocés te la recominedo.
Un fuerte abrazo

martes, junio 19, 2007 3:23:00 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.

martes, junio 19, 2007 8:09:00 p. m.  
Blogger IMAGINA said...

Tu adorada emperatriz será la muejr más feliz del mundo.
(Tengo cara de envidia mezclada con ternura...jajajaja)
Cuánta razón tienes con lo que dices.
un abrazo,

martes, junio 19, 2007 9:18:00 p. m.  
Blogger Lycette Scott said...

Hola mi querido amigo, que buen post nos has regalado hoy, creo que el ser humano nunca termina esa búsqueda de identidad....eso nos enriquece a diario

martes, junio 19, 2007 10:31:00 p. m.  
Blogger Sombra said...

Silmariat.
Si,lo que vos decis es muy cierto y lo comparto.Yo puedo comprender a un hijo de padres divorciados/separados.pero jamas lo entenderé del todo. y casos diversos.
No tener padre de adolecente cambio mi personalidad para siempre.Eso seguro. Estará en mí hacerlo llevadero.Tuve epocas oscuras.Muy. Pero de poco uno va saliendo con apoyo.y fuerza.

El viento del tiempo,erosiona las paredes del dolor y las transforma en recuerdos.
Saludos y gracias por tu gran rama.Venite cuando quieras.
Pd. Ahora estoy a pleno con parciales en la facultad,prometo que revisare tus post con atencion.Lo leí un poco y me resultó interesantisimo,Pero prefiero ser sincero.Mereces mas de mi atención.
Abrazo

miércoles, junio 20, 2007 3:55:00 a. m.  
Blogger MentesSueltas said...

"Mi Adorada Emperatriz China" ella manda y ordena. Me pareció un excelente titulo de un cuento y muy inspirador.
Me agradó leerte,
Te abrazo.

MentesSueltas

miércoles, junio 20, 2007 9:14:00 p. m.  
Blogger Calle Quimera said...

Qué duda cabe, la vida es una continua búsqueda, entre otras cosas de uno mismo. Es difícl llegar a encontrarse; hay quien se muere de viejo sin el placer de haberse conocido. Quién sabe lo que sería tener éxito en la empresa en algunos casos...

De cualquier forma, una vida sin interrogantes es un encefalograma plano.

Besos.

jueves, junio 21, 2007 11:42:00 a. m.  
Blogger Javier said...

En medio de la baraúnda diaria podemos seguir siendo nosotros mismos y manteniendo nuestro oasis particular, sólo es cuestión de no dejarnos llevar, pero para eso necesitamos analizarnos con humildad y saber qué es lo que realmente nos interesa, por otra parte, yo soy de los que les gusta viajar, pero sin agobios, disfrutando y descubriendo la novedad, aspirando todo aquello que de nuevo se me ofrece. Tal vez necesitemos una nueva filosofía de vida.

viernes, junio 22, 2007 11:22:00 p. m.  
Blogger Cesar Vo said...

Pablo Neruda dijo:

"Un día inevitablement te encontrarás contigo mismo. Ese día podrá ser el mas feliz o el más trágico de toda tu vida"

Un Abrazo,
CV

domingo, junio 24, 2007 6:19:00 p. m.  
Blogger Regina Falange said...

Lo más bueno de todo es que tu blog sigue siendo ese espacio para encontrarse en mucho con un poco de nosotros mismos. Este escrito no tiene desperdicio, hechicero volador. Me encantaron los axiomas, las construcciones, las paradojas y esa visión de reencuentro que ofreces con tus letras..

Un beso con el aire fresco que le queda a uno después de las vacaciones!!

lunes, junio 25, 2007 3:27:00 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

Nuestra Amada Emperatriz, que todos los dioses protejan, esta fuera de la Capital seguramente deleitada con los fuegos de artificio que iluminan el cielo de sus ancestros para las festividades del solsticio. A ella corresponde presidirlos, por eso hago de humilde vocero y para este cerdo año que ya muestra su intemperancia ella ha mostrado especial atención. La Corte la ha acompañado en sus oraciones y ayunos. Ha suspendido las ejecuciones. Muchos son los parabienes que por mi intermediación le envía, poco será el equipaje y pide que no se ocupe de la ceremonia. Aprovechará ese tiempo para disfrutar, como pocos y en su compañía, la dulzura del anonimato, el viento en la cara y apoyarse en cualquier esquina. Espera el paseo cómplice por Mon Repos.

lunes, junio 25, 2007 3:08:00 p. m.  
Blogger rafico said...

Tu relato es interesante sabiendo que lidias con turistas, con rostros que a veces parecen iguales, todos despistados mirando los letreros, sus maletas detrás y en sus manos la ansiedad de llegar y de subir…

Cuanta magia en ese encuentro que se avecina…

Un abrazo

miércoles, junio 27, 2007 3:02:00 a. m.  
Blogger WALDE said...

Disfruté a lo grande al leer tu reflexión.
Me quedé prendido a una de las primeras de las frases: "hacemos nuestras vidas complicadas?"
Gracias por compartir estos pensamientos.
Un saludo grande

miércoles, junio 27, 2007 4:40:00 a. m.  
Blogger Waiting for Godot said...

Hola!
Pasaba por aquí para saludarte y desearte todo lo mejor, de la misma maravillosa manera que tú lo haces siempre. Un besote!

miércoles, junio 27, 2007 9:20:00 p. m.  
Blogger IMAGINA said...

Este relato me hizo recordar el difícil año 2002 en Venezuela, antes del llamado Paro Cívico Nacional, y después del 11 de abril. Exactamente en las vacaciones de ese año.
Estando mi esposo y yo frente al mar, en una tumbona en Margarita, llegó un amigo, médico, también de vacaciones, a sentarse a conversar con nosotros.
Como ya se nos metía el mediodía encima, pedimos un trago. Soplaba una brisa maravillosa, casi no había nadie en la playa y el cielo se reventaba de azul.
Hablábamos para variar de la situación política y del famoso plan B. De hacia dónde ir o hacia dónde huir.
Después de unos instates de silencio escuchando sólo el murmullo de las olas y saboreando nuestro trago, mi amigo concluyó que él realmente sólo veía dos posibilidades, dos países en los que le gustaría estar.
El primero, es Venezuela -sin Chavez- aclaró.
El segundo es Venezuela -con Chávez- apostilló.
Ni que decir tiene que a partir de ese momento, los tres miramos el mar y decidimos pedir otro trago.

lunes, julio 09, 2007 7:42:00 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Esa adorable emperatriz china, con tu hechizante relato querrá ayudar a pagar las cuentas, a pesar de que no quieras. Me sonrio con tantos bemoles en este escrito querido Silmariat... sigues causando efectos con tus letras y eso es muy tuyo y tampoco tiene precio, como no lo tendrá la agradable visita que tendrás.
Un abrazo gigante y besitos dobles para tí!

lunes, julio 09, 2007 9:33:00 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

felicidades por lo de tu matrimonio, cuentanos mas sobre tu ave migratoria y tu familia tienes hermanos me encanta lo que escribes

viernes, septiembre 14, 2007 8:40:00 p. m.  

Publicar un comentario

<< Home