sábado, abril 15, 2006

Por allí algo me amenaza, debo tomarlo con estoicismo y confirmar, una vez más, la lengua es el castigo del cuerpo. Mi “Ave Migratoria” decidió llevarme, en verano, a Salzburgo, claro, “como a ti gusta Mozart”, entonces perfecto…, vamos a Salzburgo. No me queda otra que colocar la cara de “Oh, qué chévere..., qué sorpresa!!!”



Este año tengo particularmente una indigestión de Mozart, el pobre se me aparece por todos los sitios y me persigue como un fantasma. Ya sé que se cumplen 250 de su nacimiento y todos están prestos a celebrarlo. Varias ciudades, muchos –demasiados- festivales, decenas de obras en escena, algunos libros y un abultado etcétera.


Tengo que sincérame también, me siento como alguien con mucha hambre, de repente le invitan a un gran banquete, en donde hay cualquier cantidad de platos exquisitos y dejando la boca transformada en catarata, y le dan y le colocan un simple platito, de esos de café expreso, en la mano. Con la terrible orden de “Ya sabes, toma sólo un bocado…” y frente a él: 15 Idomeneos, 61 Flautas Mágicas, 42 Clemencias de Tito, 80 Réquiem, 150 Don Giovanni, 37 Le Nozze di Figaro, 18 Così fan Tutte, Corales, Recitales, Conciertos, Sinfonías, Quintetos, Cuartetos, Tríos, Serenatas…, o sea.


En Salzburgo, en su festival de verano, se escenificarán las 22 operas de Mozart, con nuevas producciones de “Le Nozze di Figaro” con Harnoncourt y, teatralmente, con Claus Guth, o “La Flauta Mágica” con Muti y Pierre Audi en escena –y luego levitar-, reposiciones de espectáculos del propio festival: “Così fan Tutte”, de Ursel y Kart-Ernst Herrmann, o “La Clemencia de Tito” de Martin Kusej; bien con teatros invitados, como el Nacional de Mannheim para “Ascanio in Alba” o La Fenice de Venecia para “Lucio Silla”. Todo ello desde el 24 de julio al 31 de agosto. Indigestión total.


Así que, y aunque me tilden de poco culto, decidí, por el momento, cerrar mis oídos, mis ojos y refugiarme en los poderosos brazos de mi cantante preferida. Cecilia Bartoli y perderme en el mundo de la música barroca.


Cecilia Bartoli, LA BARTOLI, me maravilla con su acrobática coloratura, que la lleva por caminos más endiablados como si te diera la receta de un sencillo castagnaccio a media tarde, como si tal cosa. Tiene una voz extensa, flexible y capaz de realizar agilidades vocales en las más exigentes dificultades técnicas. Y no sólo eso, también se da el lujo de conjugar todas esas cualidades con las dotes interpretativas, el saber decir, el cómo controlar el cuerpo. Hay cantantes que tienen voces maravillosas, pero no saben cómo controlar el cuerpo y ella se da de una forma total en un escenario. Ella no sólo canta de una forma depurada, también con el corazón y sumamente expresiva, es decir, hace música, no gimnasia.


Es posible que ella sea “LA MEZZO” auténtica y llamada a escribir su historia por la puerta grande, ha debutado con éxito impresionante en teatros mayúsculos como La Scala y el Metropolitan; se da el tupé en tener un repertorio que comprende todo el espectro operístico, la canción preclásica, la liturgia y otros géneros de la llamada música académica. Estos antecedentes no eclipsan el hecho de que se dio a conocer a través de la televisión italiana cantando música profana. Son esos seres predestinados, incluso su nombre está directamente relacionado con Santa Cecilia, la patrona de los músicos, quizás, porque su madre -Silvana Bazzoni- es cantante y, también, fue profesora de canto. Por cierto, en una producción de “El Barbero de Sevilla” en el Liceo de Barcelona, abril de 1991, Cecilia interpretaba a Rosina y su madre el rol de Berta.


Su tipo de voz le ha ganado notoriedad internacional por su potencia y amplio registro. Bartoli es admirada por los propios cantantes de ópera y su meteórica carrera puede superar los logros que alcanzaran en el siglo XX otras voces privilegiadas como la de Marilyn Horne.


Lo cierto que a raíz del disco “The Vivaldi Album” su carrera dio un salto cualitativo apostando por la música barroca en plena era de la globalización. Después de arriesgados discos dedicados a compositores menos “comerciales” como “Gluck, The Italian Arias” o “The Salieri Album” –Salieri, se acuerdan de la película Amadeus, es decir Mozart ataca de nuevo-, se nos presenta ahora con una nueva grabación “Opera Proibita”, guiada por su cultivado instinto y por su predilección barroca, esas piezas compuestas en la Roma de 1700, la época en la que un joven Haendel de 21 años llega a la Ciudad eterna, un momento interesante porque el Vaticano –cuando no- decide prohibir la ópera y como también cantar a las mujeres.



En aquella época, cardenales como Pietro Ottoboni y Benedetto Pamphilj se encontraron en medio de ese conflicto, ya que ellos amaban mucho la ópera, y tomaron una decisión. Ellos mismos, como pasa en muchos momentos de prohibición, decidieron escribir textos sagrados, basados en alegorías y sobre la Biblia misma, porque en aquel momento en Roma había compositores como el mismo Haendel, Scarlatti, Caldana o Corelli, y se podía unir la música, que era signo de pasión, de sensualidad, de energía, con la sacralizad de los textos que ellos escribían. Así se produjo algo completamente paradójico, textos sagrados con un aliento sensual. Puro barroco, éstas piezas estaban escritas para los castrati


Los Castrati ocuparon la posición central en el mundo operístico, heredado posteriormente a principios del siglo XIX por sopranos y tenores. Realmente su supremacía fue aún más grande porque no solamente dominaron en la escena, también pusieron en marcha escuelas de canto, dirigieron departamentos en los conservatorios y fueron los pedagogos de todos los instructores de canto de Italia. En 1855, Rossini aseveró con respecto a los castrati: Su maestría artística es toda la que ellos podrían tener, por lo que consagraron el más asiduo esmero e incansable cuidado a su preparación. Siempre se dirigían a los músicos con total disponibilidad, y cuando sus voces vacilaban eran excelentes maestros. En 1858 señaló: Aunque aquellos que dominan al máximo la grandeza, la tradición verdadera desaparece sin dejar discípulos de su nivel, su arte se desvanece, muere.


En aquella época y a pesar de ser, supuestamente, algo prohibido con la excomunión, en las iglesias de la Roma de 1694 cantaban unos 100 castrati y en 1780 pudieron llegar a unos 700. Hay quien estima que en la primera mitad del siglo XVII, se castraba sólo en toda Italia unos 4.000 niños al año, la mitad de ellos en Nápoles, sobran los comentarios.


De repente, en media Europa pasaron de moda las voces más monocordes y apagadas, con menos armónicos, las de los “Falsetistas” –hombres que cantaban con su voz natural aflautada, modulada “de falsete”, para lo cual utilizaban sólo una parte de sus cuerdas vocales como hacen los actuales contratenores- y fueron sustituidos sin recato por las voces más aterciopeladas, “naturales” y brillantes de los castratis.


La gente se volvía loca con esas voces, hay una anécdota de ello: Cantando Pacchiarotti una noche de 1776 en Forlì, al pedir explicaciones al director de orquesta, interrumpiendo su aria, porque conmovidos los músicos -y no sólo el público- habían ido dejando de tocar recibió como respuesta, entrecortada por la emoción: “¡Estoy llorando, señor!...”


La castración no será, pues, sólo un acto quirúrgico: la selección de las mejores promesas, su formación en escuelas y por maestros consagrados a la tarea, los ejercicios de horas, días, años harían de niños como Carlo Broscchi sensibles y divinos virtuosos como Farinelli. Una vez castrado el niño no experimentará muda en su voz: al no descender la laringe, las cuerdas vocales quedan más cerca de las cavidades de resonancia. El sonido de la voz es más claro, más brillante, más cálido porque contiene más armónicos. Un singular desarrollo del tórax propiciado por la falta de hormonas masculinas, unos potentes músculos que les dará su propio crecimiento y un trabajo colosal de ocho horas diarias en las técnicas de emisión y respiración les proporcionarán una hermosa y potente caja de resonancia al servicio de aquellas pequeñas cuerdas vocales. Surge así una voz sensible, de trinidad sublime, diferente de la masculina por su ligereza, su flexibilidad y sus agudos, de la femenina por su brillo, su limpidez y su potencia, y superior a la del niño, con la que conseguirán una expresividad angelical a costa de una personalidad desgarrada.


Entre los muchos anónimos castrati, y los que quedaron en el camino, algunos pudieron sentirse compensados por la fama y los privilegios. Además del reconocido Farinelli que llegó a ser un personaje importante en la corte española de Felipe V. Siface, que se atrevió a rechazar una invitación de Luis XIV; Ferri, famoso protagonista de intrigas palaciegas; Caffarelli, Velluti, Tenduci... mujeriegos empedernidos, famosos por sus escándalos amorosos; y otros como Senesino, Bernacchi, Pacchiarotti, Guadagni, Marchesi, Crescentini que fueron simplemente los divos de aquella época.


Travestismo, el placer de la ambigüedad y el ornamento. El barroco en su estado más puro. En “Il trionfo de la inocenza”, de Caldara, por ejemplo, el personaje de Santa Eugenia es una mujer que se hace pasar por monje. Una persona conoce su identidad, pero hay una mujer que se enamora de él, del que cree es el padre Eugenio. La música dice “Arrepiéntete, arrepiéntete”, pero la música no refleja esa intención, busca un conflicto. El máximo de la ambigüedad era además que todo esto es cantado por hombres, y sucedió en el siglo XVIII. Es increíble, sorprendente lo escrito en aquella época arias con voces que imitan o emulan las trompetas, los oboes, los violines de una manera virtuosa y cantado en esos sitios ideales de las iglesias de entonces, donde la reverberación, paras las más dramáticas, no para las más rítmicas. La tragedia impacta más en las iglesias, esas arias en las que está presente la muerte.
Siempre me he preguntado, cómo se escucharía El Mesías en voz de uno de esos prodigios.


Todo este mundo me trae la Bartoli con su nuevo disco. Aquí es dejo su interpretación de Haendel “Un Pensiero Nemico Di Pace”. Y amigos, qué voz!!!



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Se lo debía a Nelson.

PS: El 28 de enero de 2006 coloqué a La Bartoli, interpretando algo de…, ya saben quién. Pasen por ese post y espero que le guste tanto como a mí.

21 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Hechicero....uppss, leerte es casi como escucharlo, vivirlo, viajarlo...me super encantó este post...gracias, me pusiste a soñar, a flotar y a sonreir. TQM
PD: Aunque el post fue para Nelson (ayyyy, que celos, que celos!!!!)

domingo, abril 16, 2006 1:31:00 a. m.  
Blogger Carlos said...

Estimado amigo, como he aprendido!

Yo amo la musica culta (odio el nombre de clásica) pero definitivamente el canto y la opera no son mi fuerte.

Gracias por ilustrarme sobre Sacilia Bartoly, despues de escuchar el clip, salgo corriendo a comprar algún disco.

Comenzaste con Mozart pero finalizó como una clase magistral!

La mejor para usted
Carlos

domingo, abril 16, 2006 3:52:00 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

Que excelente narrativa mi querido amigo, toda una cátedra de muy bien sinterizada de la historia clásica musical.

En estos días he estado muy asunte de estos medios motivado a una conjuntivitis crónica que sufrí, donde mis ojos me aislaron del espectro visible, pero mis sentidos, los cuales el oído junto al corazón quedaron muy abiertos y expuestos a las melodías cuyas armonías musicales hicieron de mi mejor compañera en estos periodos.

Justo al leerte, donde después de quedar gratamente agradado veo la sutil dedicatoria que acompaña este delicado escrito el cual me arranco una sonrisa muy sincera del rostro.

Le pedí a mi hija que lo leyera, la cual compartió conmigo la opinión sobre el excelente contenido de tu post.

Me trajiste recuerdos gratos donde me remonte a mis clases donde se dictaban cátedras de historia musical barroca, donde seguramente mi gusto por la misma tiene su lugar de predilección dentro de mis sentidos.

MUCHAS GRACIAS

Esperaba poder tener la esperanza de poderte conocer en el mes de abril como una vez me lo hiciste saber, de todas formas, seguimos pendiente y en contacto.

Un abrazo con mis mejores deseos para ti y tu familia

Nelson

domingo, abril 16, 2006 5:03:00 p. m.  
Blogger nelsoncisneros said...

Que excelente narrativa mi querido amigo, toda una cátedra de muy bien sinterizada de la historia clásica musical.

En estos días he estado muy asunte de estos medios motivado a una conjuntivitis crónica que sufrí, donde mis ojos me aislaron del espectro visible, pero mis sentidos, los cuales el oído junto al corazón quedaron muy abiertos y expuestos a las melodías cuyas armonías musicales hicieron de mi mejor compañera en estos periodos.

Justo al leerte, donde después de quedar gratamente agradado veo la sutil dedicatoria que acompaña este delicado escrito el cual me arranco una sonrisa muy sincera del rostro.

Le pedí a mi hija que lo leyera, la cual compartió conmigo la opinión sobre el excelente contenido de tu post.

Me trajiste recuerdos gratos donde me remonte a mis clases donde se dictaban cátedras de historia musical barroca, donde seguramente mi gusto por la misma tiene su lugar de predilección dentro de mis sentidos.

MUCHAS GRACIAS

Esperaba poder tener la esperanza de poderte conocer en el mes de abril como una vez me lo hiciste saber, de todas formas, seguimos pendiente y en contacto.

Un abrazo con mis mejores deseos para ti y tu familia

Nelson


PD mil perdones el primer mensaje entró como anónimo, no estaba conectado.

domingo, abril 16, 2006 5:25:00 p. m.  
Blogger La mae nairo said...

Excelente artista... el sólo escucharla y disfrutarla me puso la piel de gallina.... Que hermoso leerte de nuevo....no te pierdas tanto.....

Saludos desde Venezuela

La maestra Nairo

y para ti Eunice......

lunes, abril 17, 2006 12:50:00 a. m.  
Blogger Mire said...

mi querido amigo: aquí en Caracas también hay como sobredosis de Mozart.
Igual, aunque lo amemos, está como monotemático el asunto ¿no?

Ah y no dejo de agradecerte mil veces por ser tan buen amigo, tan pendiente siempre de mì. realmente me alegra muchìsimo haberte conocido a travès de los blogs.
besos
m

lunes, abril 17, 2006 2:47:00 a. m.  
Blogger rafico said...

Hola Silmariat

Reciba un afectuoso saludo. Nuevamente por acá.

Muchas veces uno comenta para explorar socializar con desconocidos, para ejercitarse en poder opinar sobre cualquier tema, para discrepar, para aportar, para afirma un discurso personal, para aplicar esa la posibilidad que da la red de decir algo al mundo, ello es lo que me agrada de los Blogs.

Sabe, siento algo de pena, pues hace unas semanas en el comentario que le hice, di demasiados detalles sobre mi, y creo que ello me hace vulnerable, seguro fue por la euforia de la situación en la que estaba, un poco motivado por la jocosidad de su escrito, en fin por lo que sea, pero recuerde que por estas tierras somos abiertos y expresivos, y ello sin duda afloro, creo que para el contexto debí ser mas parco.

Por lo pronto, debo decirle que hoy, lo leo ya más cómodo y mesurado, quiero aportar mi ignorancia en el tema que usted nos presenta.

Lo que usted vive por Mozart, con todo respeto, a mi me paso algo parecido pero con el champú valluno (un postre de una región de mi país), al comienzo era perfecto, mi boca entera se deleitaba con el obsceno sabor dulce que quedaba en mi paladar, lo disfrutaba al extremo, pero tanto empalague terminó quitándole lo exótico y ahora sé, que lo disfrute pero no quiero embeberme nuevamente en ese postre, temo que tanto dulce afecte mi salud, pero el conocer ese sabor fue en su momento mi gozo.(espero no ser pretencioso con la metáfora).

Por otro lado, el tema de los castrado, lo asocio con un tema que planteado por Dulzor de ostras, Es la adolescencia un el momento para definir condiciones humanas?, es decir, los perfiles de una persona están ya definidos en la adolescencia?, o para ser más claros, Árbol de nace torcido jamás se endereza?

Igualmente, “todo lo mejor para usted”.
Chao.

PD
Gracias por leerme, sabe, me subestima un poco, pues como se habrá podido dar cuenta soy un completo novato en ejercicio de hacer crónicas, y por demás sin escuela. Por cierto, creo preciso decirle que aquel con_migo, (que error), a punta de Photo shop lo he corregido.

lunes, abril 17, 2006 3:21:00 a. m.  
Blogger Unknown said...

Pasando a saludarte y desearte una muy buena semana que comienza y dejarte esta reflexión:
Es difícil conquistarse a sí mismo; pero cuando esto se logra, todo esta conquistado. (Sutra-Krit-Anga)
Namasté ♥

lunes, abril 17, 2006 4:11:00 p. m.  
Blogger Protheus said...

Mal podría yo agregar algo a este post que, con tu toque personal, revela parte de la historia de la música culta.
Muy bueno, clap, clap, clap.
Un abrazo.

lunes, abril 17, 2006 7:16:00 p. m.  
Blogger Jogreg said...

Querido Hechicero: Ahora sí que estoy frito. Dentro de mi chaborrez característica, debo decir (no sin cierto grado de vergüenza) que para mí todo lo que ha escrito es terreno vírgen. La verdad es que nunca he sabido apreciar la música clásica o culta, me cuesta mucho entrarle a la ópera, soy un tipo bastante sordo para este tipo de manifestaciones artísticas.
Pero una cosa sí es cierta: no dejo de admirar a quienes, como usted, son capaces de encontrarle el meollo al asunto, y más aún cuando tienen la habilidad de compartirlo tan sabiamente con un neófito como yo...
Un abrazo grande.

lunes, abril 17, 2006 8:13:00 p. m.  
Blogger Unknown said...

Bueno, muchas cosas y todas ellas desde la óptica de alguien que no sabe nadita de música... pero, me gusta. Así que para festejar los 250 años de Mozart, me estuve bajando música de Beethoven el fin de semana :D jejejeje
En cuanto a su cantante favorita, la estoy escuchando en este momento y entiendo por que es su favorita... tampoco soy entendida en esto, pero... mis oidos no se espantan y hasta le encuentran el gusto. De todas formas me quedo preguntando si no habrá sido de ella de quien vi un video ni hace mucho, porque también me pareció espectacular.
Por último lo de los castrati... Glup! no es que no lo supiera, es que me lo recordaste y ahora, no se si más madura que en el momento que lo estudié me horroriza realmente...

Silma querido amigo, que post escribe usted! Si hay algo que no falta en ellos son detalles y de los más interesantes.

Un abrazo grande :)

martes, abril 18, 2006 12:52:00 a. m.  
Blogger Câline said...

Gracias Silmariat! Es tan enriquecedor pasar por aquí. La música que has puesto es embriagante, siento como que me aprietan un poquito el pecho...
Muchas gracias Silmariat, te aplaudo de pie como Prot.
Saludos!

martes, abril 18, 2006 1:39:00 a. m.  
Blogger el pajaro guarandol said...

Silma,

Salzburgo? Y vas llorando? Lo tienen muy malcriado, amigo! Me encantaria ir a Salzburgo en el verano y no perderme a Harnoncourt.

Yo, gracias a la moda mozartiana, escuche un Requiem extraordinario la semana pasada. Y en el blog estamos de lo ams musicales: acabo de postear una nota musical (aunque no en un pentagrama).

Bueno pues, en Salzburgo libra por todos!


P.S. Chio mi scordi di te?

martes, abril 18, 2006 1:46:00 a. m.  
Blogger Regina Falange said...

Hasta Mozart satura, qué quedará para nosotros los mortales?

Bartoli sí es para mí un hermoso descubrimiento gracias al hechicero de las mil voces...

Mis abrazos (todos) para usted!

martes, abril 18, 2006 3:36:00 a. m.  
Blogger Luunn@ said...

Silmariat leerlo es una verdadera leccion de musica y la historia, Mozart me gusta mucho, y tengo momentos en que escucharlo calma mi espiritu.
Asi que solo basta decir Gracias por traernos a Bartoli y tener oportunidad de conocerla, impecable que voz
Un saludo afectuoso para ud.
Luunna

martes, abril 18, 2006 4:33:00 p. m.  
Blogger Mauricio Duque Arrubla said...

Profe, gracias por la fantástica clase de música. Vamos descubriendo nuevas cosas gracias a los amigos

martes, abril 18, 2006 5:51:00 p. m.  
Blogger alma... said...

me gusta mozart....
solo para dejarle un beso, y desearle bello dia nublado...

martes, abril 18, 2006 8:19:00 p. m.  
Blogger Jogreg said...

Sr. Hechicero... gracias por hacerme ver que me habías escrito... por alguna razón no me había dado cuenta, por allá le dejé un mensajito breve... Un abrazo fuerte.

miércoles, abril 19, 2006 1:14:00 a. m.  
Blogger Nostalgia said...

uf, qué lujo...Salzburgo. Mi marido está
queriendo ir desde hace rato..
tu cultura musical me hace sentir como una cucarachita.
besotes, mi hechicero ♥

miércoles, abril 19, 2006 4:46:00 a. m.  
Blogger Hombre Lobo said...

Créeme: tu indigestión de Mozart no es nada comparable a la indigestión que yo tuve con el Quijote el año pasado. Todavía sufro secuelas, y el cadáver de Cervantes todavía seguirá dando vueltas.

jueves, abril 20, 2006 9:49:00 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Toda una clase!!!! La música también hechiza. Me encantó el post por lo sencillo y directo, tiene hasta armonía musical.
Muchas Gracias. Pasaré por acá más a menudo.

jueves, abril 20, 2006 10:41:00 p. m.  

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