viernes, enero 02, 2015

El año que nace...

Un año se inicia. Y nos llenamos de tantas promesas -verdad Henry-, de buenas intenciones que al trascurrir de un tiempo olvidamos o, sencillamente, se diluyen entre las horas de los días por estrenar.



Se nos fue el 2014 con sus maravillas y sus horrores. Nos dejó, quizás, una arruga más, media lágrima de buena cosecha, la mirada de un amigo y la sonrisa, siempre placida, de los verdaderos afectos.



Yo tuve, en mi vida, un ser especial, al cual le llamé “La Emperatriz China”, un día ella, por vainas que ella sólo sabe, decidió encerrarse en su castillo de miles de puertas de jade, perderse en sus pasillos y salones. Lo cierto que un buen día, recostada, como tal cosa, sobre una voluta de sus suspiros me dijo: “Diego…, eres uno de mis pocos amigos que se le hacen todos los sueños realidad” y luego de respirar, todo el oxígeno de cuatro eras geológicas, me miró a los ojos y me preguntó: “Y qué piensas hacer?” mientras se tomaba su te rojo.



Pasaron setenta primaveras y “Seguir soñando”…, le respondí. No encontré otra respuesta a su pregunta.



Terminé el año montado en un avión y lo recibo montado en otro. La vida, desde el 24 de diciembre, se me volvió licuadora y aún estoy con los últimos efectos del golpe a la campaña. Llego a casa sin maletas, la conexión fue muy corta y en los aeropuertos, en estas fechas, los milagros también salen de vacaciones, y no tengo otra cosa que hacer que meditar sobre el basto terreno que supone el 2015.



Además, amigos míos, se puede tener mejor manera en perder el tiempo en una tarde gris, invernal y ginebrina?



Y, casi sin querer, me la encuentro a ella, Elaine Stritch, y recuerdo a mis amigos, a mis amigas, que han sobrevivido a terremotos, a reconstruirse después del naufragio, a maquillarse una sonrisa sin tener idea del cómo hacerlo, de aquellos que suspiran profundo y hacen cielos estrellados como si tal cosa.



Llego y me pongo a revisar email, correos, facturas por pagar, ropa que lavar y tengo hambre. Retomo la rutina y pienso en mis afectos -qué vaina con los afectos!!!-…, uno intenta comprender y hasta entender pero la realidad hace que la gente piense por ellos mismos y metan la pata, completica, justo en el hueco que hace años les dijiste “Tengan cuidado”. Y de repente, se te presentan, con el lagrimón, la tragedia, la telenovela y uno estrena, otra vez, la carita de estampita de “El Santo Corazón de Jesús”. Eso viene con el paquete de lo de ser amigo, no?



Elaine Stritch se nos fue, como muchos, el año 2014 y ya es parte de mi vida. Consuelo de tontos, dirán algunos…, “I’m still here” cantó ella y yo la descubrí hace mil años.



Todo lo mejor para Ustedes y a sonreír que si no vencen las dificultades, por lo menos confunde a los que quieren vernos vueltos papillas.



En éste 2015, que se inicia, a seguir soñando o comenzar a soñar…, pues doy fe que los sueños funcionan.



Y ya saben, “I’m still here” y lo demás es lo demás.