jueves, septiembre 27, 2007

Más de una vez me han escrito pidiendo mi opinión, mi visión de mi país desde la perspectiva que da la distancia. Debo aclarar que me he negado en redondo, le he dado largas. Siempre me refugio en la salida más fácil del “cómo voy a opinar si estoy a kilómetros de allá...”

Confieso que he tenido algunas largas discusiones y charlas telefónicas, algunos litros de licor y nubes de humo -cuando aún fumaba- con el tópico de siempre. Venezuela. Pero viendo los tiempos que corren, no me queda otra alternativa que meterme en el candelero.

Hace más de un año, vi por la televisión española, la entrevista que Jesús Quintero le hiciera a Sánchez Dragó…

Desde aquel día he tenido en mente a mi país, como también he mantenido en remojo, en pausa, algunos escritos con mi opinión. Me los he guardado y éste pretende ser el inicio de una serie de post que he prometido a muchos amigos –Ña y su combo, allí les van-.

En pocas horas, me meto entre las tripas de un avión y me veré las cosas “in situ”. Trataré ser objetivo, aunque la objetividad es un mito. El tema se las trae y las lleva.., o no?


Todo lo mejor para Ustedes, espero salir vivo de mi sincericidio patrio y que Dios, Buda, Mahoma, o quién quiera, me cubra con su manto.

sábado, septiembre 15, 2007

Éste año se cumplen 500 años del nacimiento de la ópera.

Se toma como su nacimiento el 24 de febrero de 1607 cuando se estrenó, en el Palacio Ducal de Mantua, L’Orfeo de Monteverdi.

Desde hace meses me he robado tiempo redactando un post sobre ello. Con ese post, y en un ataque de soberbia total, quería demostrarme lo bueno que soy en eso del ensayo.

Como ya es de noticia general, éste mes Pavarotti hizo mutis y hablando con Doña Coqueta, a la cual iba dedicado el post, pensé unir a estos dos acontecimientos un tercero. Los 30 años, que se cumplen mañana 16, de la muerte de La Callas.

Todo estaba dispuesto. Mucho Händel, Bizet, Schwarzkopf, Puccini, Berganza, Wagner, Von Karajan, Bellini, Dessay, Toscanini, Bartoli, suficiente Pavarotti, bastante de la Callas, por su puesto, fotos, videos… y mi ego por la estratosfera, y mi ego hizo mutis, y todo se fue al traste.

Hoy murió Aldemaro Romero.

Aldemaro Romero y mi autógrafo


Resulta paradójico. Hoy, al salir a trabajar, camino al aeropuerto, me dio por escuchar su “Dinner in Caracas”, me perdí, otra vez, entre sus arreglos, en el cómo revestía de gala temas viejos sin desvirtuarlos. Escuché, otra vez, su Onda Nueva y las versiones que tengo de su “El Catire”, de su "De Repente", de su "Quién", de su... Hoy podría escribir no sé qué cantidad de cosas, pero estoy triste.

El próximo año cumpliría 80 años, ahora se le dará todo lo que en vida se le negó. Como siempre suele suceder.

Un beso al infino para Él y para Usrtedes háganse un regalo, escúchenlo, se los pido por favor.

Lo siento Doña Coqueta, será en otra oportunidad.

lunes, septiembre 03, 2007

Tú, yo, nosotros


Yo..., entre tantos y otros yoes, me encontré, un buen día, un día cualquiera, con un Tú tan distintos a otros tantos túes.
Yo, iluso Yo, imaginé mundos, te enseñé -regaditos de no sé cuántas cervezas, en una noche caraqueña, como generalmente suele suceder-, mis sueños, mis posibles, mis imposibles, mis realidades, mis paraísos -también mis infiernos, para ser claros y honestos-. Tú con tus certezas, tus palabras extrañas, tus horizontes, tus planes, tus simas, tus misterios, tus preguntas, tus “r” cómicas, tus cimas, tus respuestas, tus silencios, tus susurros, tus sonrisas…
Al final, estábamos allí, a la izquierda, en aquel bar, entre la penumbra. Sólo estábamos Tú y Yo, rodeados de tanta gente, ya completamente inexistente para nosotros.
El mundo se detuvo un segundo, no existió, hizo mutis y allí creamos otro, de tanto otros mundos. Una irreal pompa de jabón bailando, entre el tráfico nocturno, sonriente con su vestido de brillante caramelo, bailoteando entre el pandemonio citadino.
Completamente ilusos Tú y Yo. Tú de tanto Yo, Yo de tanto Tú. Girando sin parar, sin parar, sin parar y sin parar…

Bach

De repente, sin estar en el guión, me perdí en tus azulísimos ojos y también me encontré, me reconocí en ellos. Estrenamos silencio, ruido trémulo de los dedos de un pianista justo antes de tocar la tecla exacta. A ti te sucedió lo mismo, eso lo supe tiempo después.
Las cartas no eran las que eran. Algo salió de una forma distinta, la mecánica celeste volvió a jugar a los dados. Las piezas, así como así, saltaron del damero -a qué jugábamos damas o ajedrez?-. Tú y Yo reíamos, Yo y Tú reíamos.
La noche llegaba a su fin.
Y Yo no fui a más…
Tú tampoco.
Y lo que duró el segundo antes del inicio de un segundo, regresamos cada quién a su lugar y con la mente jugando a posibles que son imposibles, a levantar castillos de naipes a la orilla del mar, a construir puentes colgantes, sin saber nada de resistencia de materiales…
Nos despedimos, nos perdimos en las manos de la ciudad, a las antípodas, para soñar, cada quién por su lado, los sueños compartidos.
Amor a primera vista?
Qué cursis!!!
Lo cierto es que a nuestra edad no vale la pena ser cursis, pero algo pasaba, algo sucedía y no éramos ajenos a ello. Todo lo revestimos de cordura, de objetividad, de esterilizada decisión de un par de maduros y adultos.
Y Ellos y Ellas no entendían.
Y Ellas y Ellos no se entendían.
Y Ellos y Ellas no existían.
Y Ellas y Ellos no estaban.
Y Ellos y Ellas no entendían.
Y Ellas y Ellos no se entendían.
Y Ellos y Ellas no existían.
Y Ellas y Ellos no estaban.
Los días pasaron, los meses también…
Soñar es tan fácil, es tan fácil soñar. Yo no te busqué, Yo quería soñar, Yo quería volver a entregarte el beso que me robaste. Y quería soñar, yo deseaba volver a pedirte el beso que te robé. Pero también Yo quería, Yo soñaba creer que Tú soñabas lo mismo que Yo.
Nunca he sido bueno en eso de las cartas, me vuelvo un enredo entre oros, picas, espadas, corazones, tréboles, bastos, copas, diamantes y eso sin nombrar lo de los arcanos mayores, menores. Sin embargo, quería jugar.
Y cuando Yo ya pensaba que no. La ruleta de la vida dijo sí.
De aquella noche ha pasado algún tiempo, ya no somos los mismos, aún anidamos aquellas miradas, aquellos gestos, aquella sonrisa y el mismo sabor en los besos. El tiempo ha pasado, ya no llevamos forzosas cabelleras, nuestras miradas estrenan diversas arrugas, ya nuestra piel presenta huellas de tiempos ido.
Ahora, desde hoy ya no somos Tú y Yo. Ahora somos Nosotros, una simple ceremonia, sin testigos, y firmamos.
Y mientras te miro, recuerdo aquel…
“Yo..., entre tantos y otros yoes, me encontré, un buen día, un día cualquiera, con un Tú tan distintos tantos túes.”


Todo lo mejor para Ustedes.

Nota: Hoy es un día muy especial tanto para “Yo y Tú”, es decir para "Nosotros". Queríamos compartirlo con Ustedes, aquellos “Amigos Invisibles”, según Uslar Pietri, que siempre están allí. Dicen que cuando hay una boda y la lluvia moja discretamente, a los contrayentes, es buen augurio. Pues, la hubo, una discreta lluvia. No hubo ni velo, ni coronas, ni el arroz nos bañó, pero si un par de calvas relucientes.
PS: El tema “Amémonos”, canción basada en el poema, del mismo nombre, de Manuel María Flores, poeta romántico mexicano (1840-1885). Existen cualquier cantidad de versiones. Ésta es de Mirna Ríos, cantante venezolana –qué será de su vida?-. De los primero años 70. Por qué esa versión? Pues la recuerdo, cuando era un niño, en un bucólico viaje Caracas-Maracaibo pasando por el paisaje agreste del estado Lara. Además, fue ella, Mirna Ríos, fue la primera artista que me dio un autógrafo en mi vida, el segundo autógrafo -media vida después-…, Aldemaro.