domingo, octubre 22, 2006




Pensé por un momento salirme del encanto de Ná Bárbara de Todas Las Palabras, pero no.

Sucede y acontece que voy al divino blog de
Mi Prímula de Luna y ella me invita, y aquí estoy (La venganza…, recuerda la venganza)

El meme en cuestión es, cito a mi Prímula de Luna,: “…se trata de emplear los nombres o extractos de doce canciones de un mismo grupo o cantante para responder una serie de planteamientos. Divagaciones de, por y para la vida, pues.”

Muchos y mejores que yo, en eso de las palabras, se han decantado por Serrat, Sabina, Charly García, Mecano, Miguel Mateos, Fernando Delgadillo, Alejandro Sanz…, el listón se me puso alto y teniendo en cuenta que últimamente mi vida se ha llenado de canciones en otros idiomas, la cosa se me complica.

Como ustedes saben, no creo en el azar, en el último mes he estado escuchando canciones de pasadas épocas estudiantiles universitarias. Llegó a mis manos –y gracias y Yadi y El- un CD con las canciones de Franco de Vita, Guillermo Dávila, Melissa –terror de todos los terrores-, Ilan Chester, Frank Quintero, Luzmarina, Aguilar –alguien se acuerda de Él?-, Jordano, Fernando y Juan Carlos, Karina, Colina, Sergio Pérez, Rudy La Scala –puede existir un nombre más pavoso-, Agni Mogollón, Kiara, Balbino, Aditus, Elisa Rego, Marlene, Antonieta, Daiquiri, Jorge Rigó, Carlos Mata, Gualberto Ibarreto, Adrenalina Caribe y José A. Mugrabi.

Es decir un CD de lo más ochenteno por toda la calle del medio. No lo pude evitar y los pasillos de la Universidad Católica Andrés Bello volvieron a mí y todas esas historias que están aún por contarse.

Pensé, iluso yo, confeccionar –verbo de lo más indicado para ello, por cierto- un post utilizando versos de las diferentes canciones de ese CD. Pero se supone que debo sólo utilizar la producción musical de un mismo grupo, cantante y, comento yo, un autor en específico.

A mi mente rocambolesca, le dio por recordar a diferentes autores, cantantes, grupos y demás variaciones sobre el mismo tema. No se preocupen, no pienso irme por José Alfredo Jiménez ese monstruo mexicano, y me quedo corto, además, amigos míos, develaría, sin lugar a dudas, mi pasado rocolero, tequilero de tomo y obligo. Tampoco me iría por el tango y la milonga, idea nada original, si se me permite.

Puedo irme por lo exquisito. Carl Orff, Giacomo Puccini con todo y largo tedioso etcétera. Me vendría de perlas. O por la canción francesa de los 60, la italiana, la balada española de los 70, la voz de Elis Regina y sus tantos tantos. Presumido yo, la verdad.

Así que después de meditarlo, es la oportunidad para presentarle a un autor venezolano, barriendo pa’la casa, cómo quién dice.Quién si no que Aldemaro Romero (nacido en Valencia el 12 de marzo de 1928). Ese incomprendido.

Para los que no son venezolanos, les aclaro. Aldemaro es un compositor, director, arreglista, promotor e interprete que no es aceptado por los académicos, por su pasado cabaretero, y no es del todo aceptado, por los músicos populares, pues es académico. Quizás también sea por su música algo elitesca, sea dicho de paso. Lo cierto es que, en los últimos años –ya era hora-, se ha descubierto su música y es el compositor de mayor proyección entre los jazzístas venezolanos. Tal vez su condición de pionero en el desarrollo jazzístico del país, creador de una fusión a fin al género –“Onda nueva”-, sea suficiente razón de peso para convertirlo en el autentico compositor contemporáneo o por lo menos adelantado a su época. Quién sabe.

Así que me voy a valer de sus canciones para responder el fulano meme y que los Dioses me perdonen.

Eres hombre o mujer?
“De repente, como el niño que se vuelve adolescente” –De repente-

Descríbete:
“Así eres tú, así eres tú. Fantástico y monumental” –Así eres tú- (Qué más quisiera yo, la verdad)

Qué sienten las personas cerca de ti?
“Tú y yo, formamos una multitud. Los dos somos la violencia junto a la quietud” –Tú y yo formamos una multitud-

Cómo te sientes?
“Calor, calor. Me estoy derritiendo de calor…” –Calor-

Cómo describirías tu anterior relación sentimental?
“Dónde está tu palabra jurándome por Dios. Tú promesa distante dónde se perdió. Y qué fue de tus sueños y de tu emoción. Y qué fue de mi amor y tu amor” –Tema de amor-

Describe tu actual relación sentimental:
“Ya se quién. Tú te pareces a quién. Puedes redimirme, ven. Ven a descubrirme, ven. Y hazme el bien. De sacar mi espina y ten, de mis ruinas lo que den. Hasta el fin del tiempo, ven” –Quién-

Dónde quisieras estar ahora?
“No me despiertes de mi sueño, que estoy soñando que soy caraqueño. Moja mi cara con tu bruma, para que parezca que yo soy de aquí” -Doña Cuatricentenaria-

Cómo eres respecto al amor?
“Poco a poco, paso a paso, he perdido la razón entre tus brazos. Qué manera de quererte. Es mi suerte y es mi muerte por amor” –Poco a poco-

Cómo es tu vida?
“Lo que pasa contigo es que te enredas, en la inmensa maraña de las horas. Y detienes el tiempo, y aprisionas la aurora, y no sé si te vas o si te quedas” -Lo que pasa contigo-

Qué pedirías si tuvieras sólo un deseo?
“Voy a corregirme, ya lo estoy logrando. Me estoy liberando de mi insensatez. Para comportarme con más juicio, cuando vuelva a conocerte por primera vez. Una y otra vez…, una y otra vez. Quiero conocerte por primera vez” –Por primera vez-

Escribe una cita o frase famosa:
“Cabecita que sueña lino y almohada, mi criatura risueña, cuentos de hadas” –Sueño de una niña grande- (Lo siento, pero ésta canción es muy especial para mí. La relaciono con mi abuela materna “La Filósofa”. Ella, sencillamente, es esa canción)

Una despedida:
“Cuando escuches la promesa, del amor que te he jurado. El beso que me has negado, me lo tendrás que entregar” -Nochebuena-


Bueno, tarea terminada.



Nota: Dentro de poco voy a reescribir el poema “Vuelta la patria”, y espero no sea tan largo, tedioso, insufrible y romanticoide como él de Pérez Bonalde. Bueno, en honor a la verdad y a la realidad, al pobre le tocó vivir lo que le tocó y la época no le ayudó para nada.
Así que a los cuatro gatos –Si Nostalgia…, yo también tengo 4 gatos- que me leer. Me encantaría verles, conocerles –algo más-, reírnos y conversar "sabrótose" -cómo dice mi amiga Mónica Montañes-. Creo que será en la otrora “Sucursal del cielo”. Espero que ese “SEÑOR” nos deje el “Parque del Este” para nosotros.
En cualquier caso, escribiré un post antes de salir de gira, y lo de gira no es metáfora. No es así, “Doroteo”?



jueves, octubre 12, 2006


klimt-danae




Sedosa piel envuelta en negra seda, esbelto cuello de gacela, ojos nácar y topacio verde-amarillo.
Te vi y opacaste todo el entorno, ya no había gente, pasos ni ruido, todo se cubrió de tenue bruma por donde caminabas, desafiando a la vida y a las baldosas verdes como tus ojos.
Me acerqué, no me vistes..., respiré de tu aroma, de tu aire, me volví viento que llega rozando tus manos, tus uñas rojo perfecto, tu endrino cabello y tu boca.
Marejada roja que humedece arenas yermas dejándoles ese extraño sabor a ganas por llenar que se tornan lejanas convirtiéndose en armas asesinas sin víctimas.
Te observé y mi mirada se convirtió en manos, en dedos recorriendo tu cuerpo, tu piel, tu ser palmo a palmo; conociendo texturas, suavidades, entradas y salidas.
Conté desde mi atalaya lunares, cabellos y pecas.
Toqué a mí antojo tus labios, párpados; sentí gestos, conté tus suaves líneas alrededor de tus ojos y en los nudillos de tus dedos.
Cerré los ojos y respiré profundo embriagado por tus aromas de selva...
Perdí entorno, mandé todo al demonio, apreté más mis párpados y me lancé al abismo, me dejé llevar por el torrente de tu mirada, rompí vestiduras, deje tu carne libre, desnuda de toda atadura mientras se oía el rumor sordo de los gritos de la gente.
Te vi allí, observé maravillado a la maravilla de tu piel desnuda frente a mí y no hubo palabras, sólo una mirada eterna...
Me acerqué más a ti y fui tomando sorbo a sorbo el licor de tu hombro, de tu espalda, me embriague de tus humores, lamí tus sabores, uno a uno y lentamente. El mundo ya ni existía, fuimos fabricando uno nuevo de dedos, quejidos, susurros, besos, abrazos...
Bese tus cabellos, me hice caracol marino en ellos..., mordí tus redondeces bajando lentamente por tu espalda, saboreando cada parte de ti..., más abajo, más lentamente.
Cubrí con un beso grande tu primera cicatriz y sentí el trémolo movimiento de tu piel..., hundí mis dedos que se hicieron garras por el temor de perderte.
Levanté la vista y me introduje por primera vez realmente en tus pupilas y en ese dejo de sonrisa de Venus frente al espejo de Velásquez. Comenzamos a danzar casi sin movernos en ese va y ven del sí y no-forzador de realidades haciendo círculos, círculos y más y más círculos concéntricos. No abrazamos, al fin pude abrazarte sentí tu roce y el aleteo de tus pestañas en mis mejillas.
__Hazlo de nuevo.-Dijiste queda y sutilmente.
Yo..., yo obedecí casi por instinto.
Sedosa piel de marfil que deshojo uno a uno sus pétalos de encajes descubriendo piel, pecas y lunares..., sistemas solares, galaxias y unos hoyos negros de placer.
Y baje más abajo...
Y baje más abajo entre dos columnas.
Me volví fiera hambrienta de ti. Fui sintiendo marejadas y tormentas de líquido espeso sobre mí, rico y extraño cosquilleo en mi pelvis dentro de ti, más allá..., sonrisa hambrienta..., daga que te muestro..., sonrisa satisfecha..., ronroneo y suspiro..., sonrisa en tus ojos..., deseo en los míos, entorno de ojos semicerrados..., movimiento de cuellos en semicírculos..., miradas que dicen todo..., sudor que llega a cubrir barnizando..., líquido que se derrama..., carcajada que muestra dientes y se hace muda y dice tanto con sonido de estrepitante desparpajo.
Temblor de piernas y manos que comienzan a enredarse haciendo nudos con los dedos, manos que comienzan a hablar y brazos que se convierten en cadenas que aprietan para no dejar escapar ni el poco aire que queda entre tu cuerpo y el mío..., perfecta sincronización de va y ven marino, jadeo, silencio y temblor...
Palabras que vuelan al viento y que son calladas por besos profundos, mareas rosadas que inundan cavernas hambrientas que nunca llegan a llenarse y que al contrario aumenta su hambre ya infinita.
Sentí tus uñas clavarse en mi espalda desgarrando mi alma y no dije nada, tan sólo me limité ver desde el balcón las cimas de tus redondeces acunándome en ellas volviéndome niño, volví a ver el negro de tu pelo, el rosado de tus labios, tu perfecta nariz, el olor de tus intimidades y morderte el cuello.
Sentí volar en ti, surque tu rosa de los vientos y...
...y desperté.
Tú..., tú ya no estabas y comprendí que todo fue una mala pasada de mi mente. No tuve más remedio que tatuarme una sonrisa grande como sombrero, respirar profundo y aguantar la carga intimista que se alojaba entre mis piernas sin contar el par de volcanes que se fueron convirtiéndose mis ojeras...


Estar sólo es peligroso, y más cuando de improviso se nos presenta a las tantas de la tarde, en una estación del metro, semejante obra de arte caminando frente a nosotros. No tenemos otro remedio que fantasear para luego terminar diciendo, entre jocoso y serio, aguantando las caras de desconcierto de la gente:

__¿Qué vaina tan buena? ¿Verdad Salomón?




Miércoles 27 de junio de 1990.




Nota: Es algo viejito…, pero es mejor algo que nada, verdad?