domingo, abril 30, 2006

...DE LOS APLAUSOS. (Serie de 3, última entrega).


La vida es…,

…caprichosa y a veces insoportable, terrible, sosa, complicada, incomprensible, cambiante, nos pone pruebas y barreras insondables, nos cambia el juego, nos hace sentir marionetas y nos enredemos entre las cuerdas, perdemos el tren o el autobús, nos cae medio diluvio y nosotros sin paraguas, nos da un banquete y nosotros en dieta, hace de nuestros sentimientos felpudo y hasta nos saca la lengua, es coqueta, se nos sube lentamente piernas arriba y en preciso momento de…, decide otra cosa, nos hace garabato, nos llena de flores para luego quitárnoslas y luego nos lleva de la mano a ver atardeceres de cuento. Nos invita a bailar justo cuando llegamos muertos de cansancio o nos invita a cenar cuando tenemos unas dos citas ya pactadas, a veces nos da la sensación de caminar por el camino equivocado, que las cosas no son como justo la pensamos, que detrás de las particellas siempre hay una nota que desafina, que a la bailarina tiene un terrible épaulement, un fatal relevé y un mediocre brisé, que los colores se escapan… y ella sonríe.

Todo en ella es así y muchísimo más. Es también constatar, día a día, que la vida es irremediablemente hermosa.

La vida es eso, un aplauso constante a TODOS nuestros actos. Es la sonrisa del sol y la mirada de la luna. Eso, por favor, nunca lo olviden.

Ésta semana ella me ha regalado, vía teléfono, la voz de mucho de ustedes y un montón de e-mail sugerentes, qué bueno es cumplir años y encontrar tantas cosas cada momento, en cada instante. No debería sorprenderme, la vida es así y ya a mi edad debería saberlo.

Gracias a todos ustedes por regalarme tantas imágenes en el anterior post y me tomo la libertad de transcribirles algunos comentarios que me dejaron vía e-mail:

“La impresión que me causo esta melodía fue de ensimismamiento. Una voz interior que se repite y repite, creciéndose, expandiéndose, transformándose pero siempre ahí. Una especie de trompo interior.”

“la de agua limpia cayendo por una escalera, como una alfombra invisible pero sonora. Es una imagen hermosa creo que sugerida por el insistente tema de la melodía que pasa de las violas a los cellos a los violines. La melodía no avanza. Se demora en las mismas notas, como una obsesión pero sin angustia.”

“me produce una sensación de estar en una pista de baile, con un vestido de soire como decían nuestras madres…”

“Me destapé una botella y la escuché no sé cuantas veces…, es de madrugada y aún la estoy escuchando. Debe ser otoño que llega…”

“Veo ese niño en su rincón…, como de foto vieja, en sepia, me recordaste a Oriana y no sé por qué…”

En cuanto tenga tiempo, espero que pronto, les envío el archivo a los que me lo solicitaron. Así que a limpiar los archivos de sus correos se ha dicho.


Del autor y el nombre la pieza.


No es otro que mi admirado Aldemaro Romero, compositor venezolano –les debo un post sobre él- y el 2do. Movimiento de su “Suite para Cuerdas” que lleva el nombre Vals para Clementina. Por cierto, me llamó la atención, en muchos de los comentarios, que notaron la cercanía de la pieza, es decir, que era latinoamericana y no europea.

Para terminar, les dejo otro regalo, sobre todo a los venezolanos allende de los mares, el primer movimiento de su "Suite para Cuerdas", de nombre “Fuga con pajarillo”. Esta Suite fue compuesta en Londres (1976) teniendo en mente la obra del músico venezolano Juan Bautista Plaza, a quién está dedicada, quien fue el primero que nutrió con música de joropo sus fugas académicas, una practica que, por otra parte, había sido iniciada en España, en el siglo XVI, por el compositor napolitano Domenico Scarlatti, con sus fandangos contrapuntísticos.

La "Fuga con Pajarillo" es una de las piezas del repertorio académico venezolano más difíciles de tocar, pues requiere de numerosos ensayos para que una orquesta logre el tono adecuado para interpretarla en un concierto. Esto no quiere decir que esta pieza es la expresión intelectual o rebuscada del ritmo folklórico original. Por supuesto que no es esto lo que pretende Aldemaro, al contrario, trata de que una se fundamente en la otra pero sin desvirtuarla. Lo que Aldemaro hace, sencillamente, es tomar al pajarillo –una de las variaciones que tiene el joropo, un aire de fandango, escrito en 6/8, típico de los llanos venezolanos- y explotarlo.

Empieza esta obra con un conjunto melódico en forma de fuga que, vistos mecánicamente, permiten una mejor ejecución. Estos compases en fuga los vierte directa, indirecta y retrógadamente usando los ritmos típicos del pajarillo, a fin de utilizar mejor las melodías rítmicas del mismo. Más tarde, le proporciona un giro inverso a la fuga del mismo tema, donde unos compases bajan y otros suben una y otra vez. En otras secciones incluye obstinatos para diferenciar ciertas partes de la fuga y luego crea un obstinato bastante largo para la viola y otro donde apacecen los segundos violines con otro giro típico del pajarillo (pam, papam, papam, etc.) y, siguiendo esta metodología, Aldemaro explota todos los ritmos de esta pieza folklórica. La composición en sí no presenta ninguna debilidad, pues es una excelente obra para cuerdas y tan firme como cualquier otra.

Así que amigos, a poner todo el volumen posible y sacar la falda o el liqui-liqui.




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Todo lo mejor para Ustedes, SIEMPRE.

lunes, abril 24, 2006

IMPRESIONES. (Serie de 3, segunda entrega).


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PRIMERA IMPRESIÓN:

Un niño todo él vestido de algodón, de batista, completamente blanco, como de postal, sentado en una silla alta de mimbre, tan alta que sus pies no llegan al suelo. Un niño como de unos 4 años, con cara de fastidio, al final de un largísimo corredor entre ventanas y columnas recargadas de cualquier cantidad de helechos “que sacan sus piernas y rozan apenas con sus dedos la fría terracota”, mirando hacia allá, casi perdiéndose en el horizonte y no haciendo otra cosas que mecer sus piernas en un imaginario columpio.
Ustedes se acercan a él y por extraño sortilegio, de repente, ese niño son ustedes y ven todo lo que ese niño puede ver. Los juegos, las sonrisas, los llantos, el degustar los postres de una abuela alcahueta y llena de magia de todas las abuelas, el primer artilugio de papel que retaba al viento, a los árboles, aquella sonrisa que nos quita el aire, el peso de los libros camino al mundo, el olor de libro nuevo, las letras largas y aquella “a” redondita con un rabo prestado del ratón Pérez, aquella voz que canta “Palomita blanca…, copetito azul…” mientras se dormita y se escucha el sonido de una respiración de nuestra madre. Los días de playa y sol, el constante cambio de zapatos, el primer sonrojo de amor mirando a las largas pestañas y la voz de la maestra Eunice o de esa increíble niña de ojos largos “Estaba la pájara pinta a la sombra de un verde limón, con las alas cortaba las hojas, con el pico cortaba la flor.” Ese olor de almendras de aquellas manos, la sonrisa de aquella mirada… de los regalos, de las tortas, de los días de navidad, de los cumpleaños, de muchos cumpleaños…, de aquel extraño cosquilleo en la pelvis… de aquel beso robado, de ese caballo galopando por la llanura de nuestra garganta, de llantos de dolor por aquel sueño transformado en papelillo arrojado al viento.
De aquel primer sí, de aquel primer sudor, de aquel quedarse sin aliento bebiendo alientos sin pausa y sin demora…, de aquella sonrisa tras el espejo, de aquellas largas conversaciones sin palabras…, de ese beso que nos roba la vida, de esas caricias que no queman por dentro…
Otra vez, de repente, ese niño nos ve, deja de mover sus piernas y nos sonríe.



SEGUNDA IMPRESIÓN:

Frente al espejo, ella estrena labial…
Torpe lo coloca sobre sus labios, los deja pasar lentamente por ellos, luego desliza suavemente un labio sobre el otro, sutilmente se estampa una sonrisa tipo Monalisa número 8 en su cara y nota…, terror de terrores, que se ha manchado un diente. Ríe de su torpeza como quién hace su primera travesura. Vuelve a estrenar sonrisa sin mácula y cascabeles de plata en sus ojos. Más allá del espejo, su vestido la espera y con él, el dilema de la rosa y el clavel, la mantilla, los encajes de la abuela, los consejos de las tías, las lágrimas de alegría de su madre y de tu nana y cualquier cantidad de sueños por soñar. La luz entra sin permiso desde la ventana, haciendo garabatos entre los pliegues de su alma. La toca y ella suspira. El baile esta allí, giros, cabriolas, todo gesto y figuras. Ojos húmedos ahítos de luz. La gasa, la seda, miradas de romanilla y encajes, gamuza de las sillas, sofocones que ningún abanico puede matizar. Música entre la mirada de todos sus sentimientos. Ella se pierde entre tantos tantos por venir. La risa inunda salones. Lluvias de hojas, lluvias de pétalos amarillos. Silencio y el ruido de un corazón que nace. Y el beso el roba todo el labial y con él parte de su alma. Corre y no escapa. Solo queda la seda que vuela, que vuelve hacer cabriolas que danza a su aire y lentamente muere entre sus pies junto con sus camelias y amapolas…

__De qué te ríes...- preguntó ella viéndole desde el espejo y manteniendo aún el labial entre sus manos completamente torpe.
__De nada mi niña, de nada, cosas de vieja.- respondió su abuela desde su marco de plata, sonriente desde su daguerrotipo.




TERCERA IMPRESIÓN:

Gente viene y va, pasos sin ningún sentido, gente que mira sin mirar, torbellino de pasos tras pasos y aparece entre la multitud. Multitud que se hace borrosa. Un abrazo como de bienvenida, trozos de lecciones aprendidas, café por medio, cigarrillos sin fumar, caminos se encuentran, trenes en marcha, trenes que llegan. Paisajes no conocidos, palabras no entendidas. Flores que se entregan, despedidas en un puerto y con frío, volver a casa y sentir el vació. Fumar un cigarrillo y tomarse una copa ardiente como el dolor, espeso como la soledad. Ver que aun quedan las flores en la mesa, un par de cubiertos sobran y pasar horas viendo los reflejos de en el estanque.




CUARTA IMPRESIÓN:

Giros, giros, giros y más giros. Correr en rotonda, sentarse en un tiovivo, caballito que sube, caballito que baja, luces y globos…, giros de una danza antigua y eterna, manos deslizando sobre la piel y que se pierden mas allá del recato, un mundo que se desploma entre muñidas nubes verdes de hojas de un fresco otoño. Volver a comenzar donde todo termina. Manos y miradas que piden más y más, más profundo, más…, más…, más…, más…
Cosquilleo en la nuca, escalofrío en el alma, recorrido de un dedo por la espalda, lento como de siglos, sutiles besos entre los pechos, danza de manos descubriendo pasillos, esculpiendo destinos, descubriendo secretos, piernas que desaparecen, se vuelven aire y miradas transparentes que no encuentran palabras ni textos. Giros, risas, giros, risas…, dibujo de besos en labios, construcciones de caricias en pieles sin plano y ni estrategia…, respirarse y volver a comenzar donde todo termina, hasta que el sueño nos acoja entre sus manos.


QUINTA IMPRESIÓN:

Mi libérrima versión del cuento, de Alejo Carpentier, “Viaje a la semilla”.


SEXTA IMPRESIÓN:

Recordar el baile de una orgullosa pompa de jabón, al mediodía, entre el tráfico endemoniado de la avenida Baralt en Caracas, un día cualquiera de la semana, al mediodía, ser testigo de ese prodigio entre el caos y la poesía. La llegada de alguien desconocido, que nos toca la puerta, entra y le damos café y hasta creemos que es parte de nosotros. El sombrero de mi abuelo, los zapatos de bruja, con su herradura de brillantitos, de mi madre, la cofia con velos de mi abuela, las uñas rojísimas de mi madrina al bautizar a uno de mis hermanos, Los ojos verdeazules de mi tía Alexis, según su estado de animo, la bicicleta de mi tío Antonio, el uniforme blanco de mi tía Nena. Las cosquillas que Roberto -mi hermano- me hacía sentir entre mis orejas cuando él tenía cinco años. La sonrisa de Arturo –mi hermano-, la mirada de Juan Carlos –mi hermano-. Escuchar, tomando el sol entre niños que corrían y madres gritando “Sal del agua, cuidado con las olas” a la Emperatriz China leyéndome las obras de teatro de Wilde mientras ella sudando muy digna bajo un improvisado quitasol de los tiempos de Goya. Ver, luego de una terrible tormenta de 3 horas, llenase mi casa materna con una bandada de luciérnagas y con ellas un silencio místico. Los sueños que se me hacen realidad, escuchar a mi ahijado decirme “Panino” en su voz de 3 años. Quack, Ganso, Guau, Refu, Brummel y los tantos otros. Mi eterna espera por aquella bufanda y saber que Penélope existe y es portuguesa…, escucha la voz llena de azul mirada de quien comparte mis días, sentir su beso y su “Buenos días mi amor”.


SEPTIMA IMPRESIÓN:

Todo lo anterior, al mismo tiempo, con todo lo que ustedes me escribieron y algunas otras que se me perdieron entre los dedos.



Este es mi regalo y mi eterno agradecimiento a Ustedes en este mi cumpleaños número 43.


Y como siempre, todo lo mejor para Ustedes.


viernes, abril 21, 2006

LA TAREA.

(Serie de 3, primera entrega).



Me he estado paseando por algunos blog y, algunos, me han dejado algún trabajo para la casa. Hoy quiero ser terriblemente original y les dejo, también, tarea para la casa. Me explico, escuchen el archivo que les dejo y luego me gustaría saber: Qué les sugiere, qué sienten, qué fue lo primero que pensaron, qué les parece…

Es una de mis joyas, puedo escucharla todo el día. Presuntuoso? Sí…, a mi edad se puede –de debe- tomar y tener ciertas licencias.

Sé que muchos se van a llevar toda una sorpresa al saber nombre del autor y de la pieza.

Tan sólo mi amada “Emperatriz China” sabe lo que significa este pequeño tesoro para mí, ella sabe también mucho de mí, me conoce demasiado. Es más, a ella va todo mi amor, mi gratitud y un abultado etcétera siete meses y ocho horas después del fin de todos los tiempos.

Recuerden, espero leer lo qué les sugiere, lo qué sienten, qué fue lo primero que pensaron, qué les parece..., sus sensaciones... Ahora, disfruten


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Todo lo mejor para Ustedes, siempre.



Nota: Tiene todo el fin de semana, el lunes tendrán la 2da. entrega.

sábado, abril 15, 2006

Por allí algo me amenaza, debo tomarlo con estoicismo y confirmar, una vez más, la lengua es el castigo del cuerpo. Mi “Ave Migratoria” decidió llevarme, en verano, a Salzburgo, claro, “como a ti gusta Mozart”, entonces perfecto…, vamos a Salzburgo. No me queda otra que colocar la cara de “Oh, qué chévere..., qué sorpresa!!!”



Este año tengo particularmente una indigestión de Mozart, el pobre se me aparece por todos los sitios y me persigue como un fantasma. Ya sé que se cumplen 250 de su nacimiento y todos están prestos a celebrarlo. Varias ciudades, muchos –demasiados- festivales, decenas de obras en escena, algunos libros y un abultado etcétera.


Tengo que sincérame también, me siento como alguien con mucha hambre, de repente le invitan a un gran banquete, en donde hay cualquier cantidad de platos exquisitos y dejando la boca transformada en catarata, y le dan y le colocan un simple platito, de esos de café expreso, en la mano. Con la terrible orden de “Ya sabes, toma sólo un bocado…” y frente a él: 15 Idomeneos, 61 Flautas Mágicas, 42 Clemencias de Tito, 80 Réquiem, 150 Don Giovanni, 37 Le Nozze di Figaro, 18 Così fan Tutte, Corales, Recitales, Conciertos, Sinfonías, Quintetos, Cuartetos, Tríos, Serenatas…, o sea.


En Salzburgo, en su festival de verano, se escenificarán las 22 operas de Mozart, con nuevas producciones de “Le Nozze di Figaro” con Harnoncourt y, teatralmente, con Claus Guth, o “La Flauta Mágica” con Muti y Pierre Audi en escena –y luego levitar-, reposiciones de espectáculos del propio festival: “Così fan Tutte”, de Ursel y Kart-Ernst Herrmann, o “La Clemencia de Tito” de Martin Kusej; bien con teatros invitados, como el Nacional de Mannheim para “Ascanio in Alba” o La Fenice de Venecia para “Lucio Silla”. Todo ello desde el 24 de julio al 31 de agosto. Indigestión total.


Así que, y aunque me tilden de poco culto, decidí, por el momento, cerrar mis oídos, mis ojos y refugiarme en los poderosos brazos de mi cantante preferida. Cecilia Bartoli y perderme en el mundo de la música barroca.


Cecilia Bartoli, LA BARTOLI, me maravilla con su acrobática coloratura, que la lleva por caminos más endiablados como si te diera la receta de un sencillo castagnaccio a media tarde, como si tal cosa. Tiene una voz extensa, flexible y capaz de realizar agilidades vocales en las más exigentes dificultades técnicas. Y no sólo eso, también se da el lujo de conjugar todas esas cualidades con las dotes interpretativas, el saber decir, el cómo controlar el cuerpo. Hay cantantes que tienen voces maravillosas, pero no saben cómo controlar el cuerpo y ella se da de una forma total en un escenario. Ella no sólo canta de una forma depurada, también con el corazón y sumamente expresiva, es decir, hace música, no gimnasia.


Es posible que ella sea “LA MEZZO” auténtica y llamada a escribir su historia por la puerta grande, ha debutado con éxito impresionante en teatros mayúsculos como La Scala y el Metropolitan; se da el tupé en tener un repertorio que comprende todo el espectro operístico, la canción preclásica, la liturgia y otros géneros de la llamada música académica. Estos antecedentes no eclipsan el hecho de que se dio a conocer a través de la televisión italiana cantando música profana. Son esos seres predestinados, incluso su nombre está directamente relacionado con Santa Cecilia, la patrona de los músicos, quizás, porque su madre -Silvana Bazzoni- es cantante y, también, fue profesora de canto. Por cierto, en una producción de “El Barbero de Sevilla” en el Liceo de Barcelona, abril de 1991, Cecilia interpretaba a Rosina y su madre el rol de Berta.


Su tipo de voz le ha ganado notoriedad internacional por su potencia y amplio registro. Bartoli es admirada por los propios cantantes de ópera y su meteórica carrera puede superar los logros que alcanzaran en el siglo XX otras voces privilegiadas como la de Marilyn Horne.


Lo cierto que a raíz del disco “The Vivaldi Album” su carrera dio un salto cualitativo apostando por la música barroca en plena era de la globalización. Después de arriesgados discos dedicados a compositores menos “comerciales” como “Gluck, The Italian Arias” o “The Salieri Album” –Salieri, se acuerdan de la película Amadeus, es decir Mozart ataca de nuevo-, se nos presenta ahora con una nueva grabación “Opera Proibita”, guiada por su cultivado instinto y por su predilección barroca, esas piezas compuestas en la Roma de 1700, la época en la que un joven Haendel de 21 años llega a la Ciudad eterna, un momento interesante porque el Vaticano –cuando no- decide prohibir la ópera y como también cantar a las mujeres.



En aquella época, cardenales como Pietro Ottoboni y Benedetto Pamphilj se encontraron en medio de ese conflicto, ya que ellos amaban mucho la ópera, y tomaron una decisión. Ellos mismos, como pasa en muchos momentos de prohibición, decidieron escribir textos sagrados, basados en alegorías y sobre la Biblia misma, porque en aquel momento en Roma había compositores como el mismo Haendel, Scarlatti, Caldana o Corelli, y se podía unir la música, que era signo de pasión, de sensualidad, de energía, con la sacralizad de los textos que ellos escribían. Así se produjo algo completamente paradójico, textos sagrados con un aliento sensual. Puro barroco, éstas piezas estaban escritas para los castrati


Los Castrati ocuparon la posición central en el mundo operístico, heredado posteriormente a principios del siglo XIX por sopranos y tenores. Realmente su supremacía fue aún más grande porque no solamente dominaron en la escena, también pusieron en marcha escuelas de canto, dirigieron departamentos en los conservatorios y fueron los pedagogos de todos los instructores de canto de Italia. En 1855, Rossini aseveró con respecto a los castrati: Su maestría artística es toda la que ellos podrían tener, por lo que consagraron el más asiduo esmero e incansable cuidado a su preparación. Siempre se dirigían a los músicos con total disponibilidad, y cuando sus voces vacilaban eran excelentes maestros. En 1858 señaló: Aunque aquellos que dominan al máximo la grandeza, la tradición verdadera desaparece sin dejar discípulos de su nivel, su arte se desvanece, muere.


En aquella época y a pesar de ser, supuestamente, algo prohibido con la excomunión, en las iglesias de la Roma de 1694 cantaban unos 100 castrati y en 1780 pudieron llegar a unos 700. Hay quien estima que en la primera mitad del siglo XVII, se castraba sólo en toda Italia unos 4.000 niños al año, la mitad de ellos en Nápoles, sobran los comentarios.


De repente, en media Europa pasaron de moda las voces más monocordes y apagadas, con menos armónicos, las de los “Falsetistas” –hombres que cantaban con su voz natural aflautada, modulada “de falsete”, para lo cual utilizaban sólo una parte de sus cuerdas vocales como hacen los actuales contratenores- y fueron sustituidos sin recato por las voces más aterciopeladas, “naturales” y brillantes de los castratis.


La gente se volvía loca con esas voces, hay una anécdota de ello: Cantando Pacchiarotti una noche de 1776 en Forlì, al pedir explicaciones al director de orquesta, interrumpiendo su aria, porque conmovidos los músicos -y no sólo el público- habían ido dejando de tocar recibió como respuesta, entrecortada por la emoción: “¡Estoy llorando, señor!...”


La castración no será, pues, sólo un acto quirúrgico: la selección de las mejores promesas, su formación en escuelas y por maestros consagrados a la tarea, los ejercicios de horas, días, años harían de niños como Carlo Broscchi sensibles y divinos virtuosos como Farinelli. Una vez castrado el niño no experimentará muda en su voz: al no descender la laringe, las cuerdas vocales quedan más cerca de las cavidades de resonancia. El sonido de la voz es más claro, más brillante, más cálido porque contiene más armónicos. Un singular desarrollo del tórax propiciado por la falta de hormonas masculinas, unos potentes músculos que les dará su propio crecimiento y un trabajo colosal de ocho horas diarias en las técnicas de emisión y respiración les proporcionarán una hermosa y potente caja de resonancia al servicio de aquellas pequeñas cuerdas vocales. Surge así una voz sensible, de trinidad sublime, diferente de la masculina por su ligereza, su flexibilidad y sus agudos, de la femenina por su brillo, su limpidez y su potencia, y superior a la del niño, con la que conseguirán una expresividad angelical a costa de una personalidad desgarrada.


Entre los muchos anónimos castrati, y los que quedaron en el camino, algunos pudieron sentirse compensados por la fama y los privilegios. Además del reconocido Farinelli que llegó a ser un personaje importante en la corte española de Felipe V. Siface, que se atrevió a rechazar una invitación de Luis XIV; Ferri, famoso protagonista de intrigas palaciegas; Caffarelli, Velluti, Tenduci... mujeriegos empedernidos, famosos por sus escándalos amorosos; y otros como Senesino, Bernacchi, Pacchiarotti, Guadagni, Marchesi, Crescentini que fueron simplemente los divos de aquella época.


Travestismo, el placer de la ambigüedad y el ornamento. El barroco en su estado más puro. En “Il trionfo de la inocenza”, de Caldara, por ejemplo, el personaje de Santa Eugenia es una mujer que se hace pasar por monje. Una persona conoce su identidad, pero hay una mujer que se enamora de él, del que cree es el padre Eugenio. La música dice “Arrepiéntete, arrepiéntete”, pero la música no refleja esa intención, busca un conflicto. El máximo de la ambigüedad era además que todo esto es cantado por hombres, y sucedió en el siglo XVIII. Es increíble, sorprendente lo escrito en aquella época arias con voces que imitan o emulan las trompetas, los oboes, los violines de una manera virtuosa y cantado en esos sitios ideales de las iglesias de entonces, donde la reverberación, paras las más dramáticas, no para las más rítmicas. La tragedia impacta más en las iglesias, esas arias en las que está presente la muerte.
Siempre me he preguntado, cómo se escucharía El Mesías en voz de uno de esos prodigios.


Todo este mundo me trae la Bartoli con su nuevo disco. Aquí es dejo su interpretación de Haendel “Un Pensiero Nemico Di Pace”. Y amigos, qué voz!!!



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Se lo debía a Nelson.

PS: El 28 de enero de 2006 coloqué a La Bartoli, interpretando algo de…, ya saben quién. Pasen por ese post y espero que le guste tanto como a mí.

miércoles, abril 05, 2006

HASTA CUÁNDO???
"Hoy hago un alto en mis tópicos habituales.....
Hoy hago una pausa en mi habladera de pendejadas.....
Hoy quiero seguir llorando abiertamente de indignación , de impotencia, de dolor...
Se fueron los hermanitos Faddoul de la manera más monstruosa posible.
Como se han ido muchos sin poder encontrar justicia para sus horrorosos crímenes.
En Venezuela.
En el mundo.
Paremos aunque sea un momento para manifestar nuestro repudio contra estos MONSTRUOS y mucho más contra la IMPUNIDAD...
Y sobretodo, paremos un momento para rezar por todos aquellos que fueron despojados del lado de sus seres queridos sin más razón que la de un estúpido odio, un alma podrida...
Incluída estas almitas inocentes que apenas empezaban a vivir....
DESCANSEN EN PAZ.
Haz a un lado tu mundo bonito aunque sea un instante. Hazte eco tú también de este REPUDIO Y ESTE CLAMOR POR JUSTICIA a través de tu bitácora. Hazte sentir. Y que millones te lean. Tienes ese poder."

Lo anterior está en el blog de Nostalgia, y Yadi me dio la noticia hoy en la tarde.

Yo me sumo a la indignación, impotencia, dolor, rabia, tristeza…
Supongo que ahora medio gobierno se pondrá de luto, llegaran miles de condolencias del Congreso, las Instituciones Nacionales, en pleno, se darán el golpe de pecho respectivo, se rezarán no sé cuántos rosarios…, pasarán unos días, tal vez unos meses y todo volverá, lamentablemente, al olvido. Eso es lo más triste.


Y me lleno de preguntas: Era necesario llegar hasta aquí, es ese el país que queremos, por qué tanto odio y violencia en cada esquina, en cada calle, en cada ciudad.

Qué nos pasó, en que momento nos cambiaron el país, hasta dónde tiene que caer Venezuela para levantarse, hasta dónde.